Hace dos años, la anterior administración nacional anunciaba con bombos y platillo las refacciones y arreglos que se hacían en diversos aeropuertos nacionales, incluyendo el de Salta. Hoy, la realidad quedó al descubierto. Los trabajadores del Aeropuerto de Salta trabajan en condiciones paupérrimas. Por la lluvia de ayer, oficinas y mostradores amanecieron bajo el agua.
Muchos techos con goteras, algunos mostradores donde se atiende a los pasajeros también. El agua inclusive llegó hasta las computadoras y los cables resultando un verdadero peligro para los empleados. Hay riesgos de electrocución.
Cierto es que nadie se hace cargo de la vergonzosa situación. Hoy en Salta, siendo una de las plazas más importantes a nivel nacional, el Aeropuerto donde se reciben a cientos de turistas al día no está a la altura de las circunstancia.