En el día internacional de la Mujer, hubo dos marchas antagónicas que se cruzaron en el centro de la ciudad, generándose algunos disturbios y provocaciones entre los manifestantes.
De un lado de la barrera de policías estaban las organizaciones feministas que, desde las 17, se organizaron para marchar desde la plaza 9 de Julio hasta la Legislatura e hicieron algunas performance en el centro, para visibilizar la lucha que reclama la legalización del aborto y la igualdad de derechos.
Del otro lado, estaban los “pañuelos celestes”, quienes se reunieron a las 19, en Buenos Aires y San Martín, para marchar hasta la Catedral de Salta, donde se celebró una misa en contra del proyecto de ley que permitiría la interrupción voluntaria del embarazo y que el presidente Alberto Fernández anunció que presentará en estos días en el Congreso de la Nación.
Cuando esta última manifestación llegó a la plaza 9 de Julio, se armó una valla humana de policías y manifestantes de ambos lados que buscaron que no hubiera enfrentamientos. Pero la provocación se hizo sentir y hubo algunos cruces entre ellos, por lo que los efectivos respondieron separando los bandos.
La catedral estuvo siempre custodiada por decenas de uniformados. Desde temprano, una hilera de policías estuvo enfrente de la iglesia, mientras veían y escuchaban las intervenciones de las organizaciones feministas que repudiaban el silencio y la postura eclesiástica frente al pedido de las mujeres.
En la misa, en tanto, la homilía estuvo dirigida a las autoridades nacionales a quienes pidieron políticas de sanidad tendientes a evitar el aborto y abogar por la vida desde la concepción. En la marcha y en el templo, también estuvieron presentes referentes políticos, de quienes es sabida su postura en este tema: el diputado Andrés Suriani y la ex legisladora nacional Cristina Fiori participaron de esta movida impulsada por la Iglesia.