Científicos argentinos descubrieron que un arbusto autóctono de Salta, y que se conoce popularmente como “cegadera” por el efecto de ceguera que provoca en los animales cuando la ingieren, produce drogas que pueden contrarrestar el cáncer.
Según informó la Universidad Nacional de Río Cuarto, investigadores de esta casa de estudios lograron resultados alentadores para el tratamiento de esta enfermedad.
Un equipo interdisciplinario, liderado por a la doctora Viviana Rivarola, cuya trayectoria científica en terapia fotodinámica contra el cáncer es reconocida a nivel nacional e internacional, halló en esta planta una sustancia que puede transformarse en un fotosensibilizador, es decir, en moléculas que en contacto con la luz visible provocan muerte celular.
Consideran a esta droga anticancerígena, ya que es absorbida por las células cancerosas del cuerpo; luego el tumor se expone a la luz; el fotosensibilizador absorbe esa luz y produce una forma activa de oxígeno que destruye las células cancerosas cercanas.
Las terapias fotodinámicas pueden ser aplicadas a cualquier tipo de cáncer, pero este equipo centró sus estudios en las células de melanoma (piel), de cáncer de colon y de cáncer de cerebro, porque son las que mejor se adaptan a los ensayos de laboratorio que se realizan.
La nueva droga
El nombre científico del arbusto autóctono de Salta, y de todo el noroeste del país, es Heterophyllaea pustulata. De esta planta se obtienen unas drogas llamadas antraquinonas, que tienen la propiedad de provocar fobia a la luz en los animales que la ingieren.
Esto llevó a los investigadores a suponer que los principios activos de esa planta podrían ser utilizados como un fotosensibilizador para las terapias fotodinámicas contra el cáncer que están estudiando.
“Focalizamos nuestra atención en las drogas (antraquinonas) que producía esa planta porque, a raíz de un trabajo de tesis realizado por la doctora Ivana Fernández, quien ahora se desempeña profesionalmente en el ámbito privado, se pudo comprobar que los fotosensibilizadores de origen natural producían mayor efecto que los de origen sintético, que se obtienen artificialmente en el laboratorio”, destacó Rivarola.
Un grupo de científicos de la Universidad Nacional de Córdoba fue el que observó por primera vez las características particulares de esta planta, que crece sobre todo en Salta, y que, como mecanismo de autodefensa, produce una sustancia que provoca trastornos a los animales cuando se exponen a la luz luego de ingerirla.
Según los investigadores de Río Cuarto, obtener los principios activos de la planta no es sencillo. Se requieren muchos ejemplares de cegadera para conseguir una pequeña porción de droga, y para un tratamiento a nivel clínico se necesita una gran cantidad de esa sustancia.
Aquí es donde juega un papel clave la biotecnología. En el laboratorio se realizaron cultivos in-vitro de cegadera. “Lo que estamos haciendo es trabajar en la generación de esas células a gran escala. Cada célula es capaz de producir las drogas. La técnica implica aislar una célula en un sistema determinado para que ella misma se empiece a replicar, de manera tal que se pueda obtener un gran número de células que produzcan las drogas sin necesidad de extraerlas directamente de la planta”, comentó la doctora Sol Cogno, investigadora del Conicet y docente de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNRC.
Por último, los científicos aclararon que la investigación se encuentra en una etapa pre-clínica. Para que las drogas lleguen a la etapa clínica todavía falta tiempo de estudio. Resaltaron que trabajar con drogas de origen natural es más económico que hacerlo con drogas sintéticas, e insistieron: “la extracción de drogas de cegadera se encuentra en la etapa experimental. Todavía no hay medicamentos elaborados con estos principios activos”.
Fuente: La Gaceta