¿Qué sucede en nuestro cerebro momentos antes de morir? Según ha descubierto un equipo de neurólogos del Hospital Charité-Universitätsmedizin Berlin (Alemania), una ola de actividad eléctrica en nuestros cerebros llamada "tsunami cerebral" parece marcar el principio del fin.
Los expertos, que examinaron continuamente la actividad cerebral en 9 pacientes que estaban a punto de morir, observaron una ráfaga de actividad que parece preceder al cierre fatal de nuestro órgano más vital.
El hallazgo sugiere que la conciencia todavía puede estar presente muchos minutos después de que el resto del cuerpo haya dejado de mostrar signos de vida, lo que aumenta la posibilidad de que durante hasta cinco minutos, el proceso de apagado del cerebro pueda revertirse.
Todos los pacientes que fueron objeto de estudio, que procedían de Berlín (Alemania) y Cincinnati, Ohio (EE. UU.), tenían lesiones cerebrales fatales y habían solicitado que no se les reanimara.
Los expertos esperaban que, al implantar electrodos en los cerebros de sus sujetos de prueba, podrían descubrir tanto el momento como los mecanismos de los eventos durante el proceso de la muerte. Para su sorpresa, descubrieron que incluso cinco minutos después de que el corazón dejara de latir, las células cerebrales o neuronas, aún podían funcionar. Además, una especie de 'tsunami cerebral' marcó el momento en que estas neuronas se apagaban antes de su muerte final e irreversible.
"Después del paro circulatorio, la difusión de la despolarización -la disminución del potencial de la neurona- marca la pérdida de energía electroquímica almacenada en las células cerebrales y la aparición de procesos tóxicos que eventualmente conducen a la muerte. Es importante destacar que es reversible, hasta cierto punto, cuando se restablece la circulación", aclara Jens Dreier, líder del trabajo.
Cinco minutos después de que el corazón de una persona deja de latir, sus células cerebrales aún funcionan
Las neuronas mueren cuando la sangre deja de fluir, privándolas del oxígeno que necesitan como combustible para funcionar. Cuando esto sucede, las neuronas recurren a las reservas de energía durante unos minutos antes de apagarse por completo. Esto sucede cuando los mecanismos que usan las neuronas para mantener los iones separados comienzan a fallar. Los iones son partículas cargadas eléctricamente formadas cuando los átomos pierden o ganan electrones.
La ruptura de las barreras entre estas partículas libera una cantidad masiva de energía electroquímica en el cerebro a medida que las neuronas intentan consumir frenéticamente combustible.
Este proceso, conocido como propagación de la despolarización, se caracteriza por la hiperactividad en las neuronas, seguida de un silencio repentino.
Sin embargo, este silencio solo marca la cuenta regresiva final hasta la muerte y puede revertirse por un período, hallaron los investigadores. Exactamente cuánto tiempo, sigue abierto al debate.
Una última 'ola' parece marcar el punto en el que las neuronas permanecen activas por última vez, aunque el equipo de investigación advirtió que aún puede ser un marcador poco confiable para la 'muerte verdadera'.
Por ahora los científicos no poseen un método claro para diagnosticar la muerte cerebral, y no hay forma de estar seguros cuando se pierde toda la capacidad de conciencia, según los autores.
Si bien el estudio no tiene un efecto directo en el cuidado del paciente hoy en día, puede llevar a mejores procedimientos de diagnóstico y tratamiento en el futuro. Los hallazgos pueden ser útiles para desarrollar estrategias para tratar el paro cardíaco y el accidente cerebrovascular que complementan los esfuerzos para restablecer la circulación en el organismo. De hecho, este descubrimiento podría salvar las vidas de personas que estén en riesgo de daño cerebral, muerte por isquemia cerebral o cualquier accidente cardiovascular, aunque aún será necesario mucho trabajo para que se pueda aplicar médicamente.
Referencia: Terminal spreading depolarization and electrical silence in death of human cerebral cortex. Jens P. Dreier et alia. Annals of Neurology. DOI: 10.1002/ana.25147