Una enfermedad crónica autoinmune que compromete principalmente a la piel, pero que también puede afectar otros órganos. Es considerada una enfermedad rara, ya que se da en 9 personas cada un millón de habitantes.
“La parte hereditaria y el estrés tienen mucho que ver con esta enfermedad. La persona empieza a fabricar auto anticuerpos que atacan el colágeno y empiezan a destruir determinados sectores de la piel que pierde la característica de seguir creciendo”, explicó el médico Bernardo Biella en Radio Pacífico.
Antiguamente, la esclerodermia era conocida como la “enfermedad de la eterna juventud” porque la persona empieza a perder las arrugas, ya que la piel se retrae. “Esta enfermedad afecta más a las mujeres que a los hombres y se da entre los 30 y 50 años, que es una edad complicada en la vida de las personas con el estrés”, comentó el doctor.
Uno de los fenómenos de la esclerodermia es que cuando empieza el frío las manos se ponen azules. Esto se debe a que las arterias se cierran con el frío y al cerrarse la sangre no llega a las manos. Es importante controlarlo porque al no llegar sangre a las manos se puede generar una gangrena.
“Es una enfermedad crónica que va a acompañar a esta persona toda su vida y los momentos claves son en el invierno. Se puede hacer un tratamiento con cardiólogos, reumatólogos y un equipo interdisciplinario. La persona que la padece la sufre si no se trata como corresponde”, manifestó Biella.
Otro factor de riesgo para estos pacientes es el tabaco, ya que es común que desarrollen EPOC precozmente. “El tabaco en los pulmones es un factor que desencadena la descompensación en estos pacientes que terminan en terapia intensiva. Los medicamentos hacen mucho pero el manejo del estrés es la llave para frenar la enfermedad. Si cambia su validad de vida la enfermedad se puede lentificar muchísimo y tenes una buena cantidad y calidad de vida.”, aseguró el profesional.