Desde hace dos años, en el nosocomio gracias al trabajo de un equipo multidisciplinario se practica la estimulación cerebral profunda (ECP), técnica de amplio uso a nivel mundial con excelentes resultados.
El procedimiento consiste en la implantación de dos electrodos (uno de cada lado), en zonas definidas del cerebro, específicamente alguno de los ganglios basales. Estos electrodos se conectan a un estimulador, similar a un marcapaso, que generan un estímulo eléctrico, que permite modular la actividad de los núcleos cerebrales en cuestión.
Cabe destacar que la estimulación cerebral profunda (EPC) es ajustable, reversible y puede controlar de manera eficaz algunos de los síntomas más incapacitantes de la enfermedad de Parkinson, como el temblor, la lentitud y rigidez.
En un consultorio específico para los trastornos del movimiento del Servicio de Neurología, se asisten aproximadamente 200 pacientes con EP, en promedio son entre 15 y 30 pacientes por semana, según informó Nuevo Diario.
Desde que el Hospital San Bernardo conformó el equipo, se intervinieron a 6 pacientes, de un total de 14 que fueron operados en la provincia posibilitándoles un salto cualitativo en su calidad de vida.
La enfermedad de Parkinson (EP) es un trastorno neurodegenerativo complejo y de presentación heterogénea. Aunque aún no se dispone de ningún fármaco que frene la progresión de la enfermedad, existe un arsenal terapéutico extenso y eficaz para el control sintomático en cada una de sus fases, por lo que es importante un correcto manejo de terapias que garantice un estado óptimo en los pacientes que la sufren. En 1997, la Organización Mundial de la Salud declaró el 11 de abril como el día mundial del Parkinson, en homenaje al natalicio de James Parkinson, médico que identificó la enfermedad.