Las consultas por casos de obesidad aumentaron en un 60% en comparación con el año pasado en el hospital Oñativia, el mayor centro médico de la provincia especializado en la enfermedad. Además de alertar sobre el crecimiento en la demanda, los principales nosocomios indicaron que la mayoría de los pacientes que asisten superan ampliamente el peso permitido para el traslado en ambulancias del Samec: 130 kilos. En el caso de que un paciente supere ese peso, las ambulancias del sistema de salud público deben acudir a una única unidad disponible: la de bomberos.
Durante el primer semestre del 2017, el hospital Oñativia atendió a mil pacientes por consultas de obesidad. Para el mismo período de este año, esa cifra se vio ampliamente superada. Hasta la fecha recibieron 1.647 consultas: 341 por sobrepeso y 1.296 por obesidad.
"En los últimos diez años hemos cuadruplicado la atención", afirmó el doctor Marcelo Nallar, quien es gerente del hospital Oñativia, especializado en patologías endocrinológicas. El profesional, además, definió a la obesidad como la "epidemia del siglo XXI".
"Hay más demanda. Son pacientes muy complicados, es probable que tengan diabetes, insuficiencias vasculares y cardíacas", indicó Ileana Cointe, quien es gerenta de Atención a las Personas del hospital San Bernardo.
Ambos centros médicos indicaron que si bien llegan a atender personas de 250 kilos y más, el promedio de peso de la mayoría es de 180 kilos. "Son obesos mórbidos", aseguraron.
Mario Palacios, director del Samec, reconoció la ausencia de ambulancias preparadas para el traslado de personas obesas. "Las ambulancias ya vienen industrialmente con una estructura que soporta entre 120 y 130 kilos. Más de eso no podemos llevar porque no está preparada ni la camilla, ni el interior de la ambulancia", explicó.
El único móvil disponible para el traslado de obesos es la ambulancia de bomberos. "Cuando tenemos que trasladar a algún paciente de más de ese peso nos comunicamos con bomberos y le pedimos asistencia", contó. Ante una emergencia, se utilizan los equipos móviles y se estabiliza al paciente en el lugar en el que se encuentre, hasta la llegada de bomberos. "Siempre recurren, tal vez si se demoran es porque están lavándola o haciéndole mantenimiento, pero siempre suele estar disponible", aseguró el médico a cargo del sistema público de emergencias.
"En algunos casos se tuvo que traer al paciente en la ambulancia de bomberos", señaló la gerenta del San Bernardo. Lo mismo ocurre en el hospital Oñativia: "Nos pasó hace poco, con un paciente de Cerrillos que pesaba 250 kilos y para moverlo tuvimos que llamar a los bomberos", contó el gerente de ese hospital.
A partir de las limitaciones de las ambulancias, los riesgos que corre una persona obesa ante una emergencia son altos. El año pasado, Juan Arroyo, que pesaba 230 kilos sufrió un ACV, pero no fue trasladado por el Samec. "Llamé a la ambulancia, pero cuando llegaron me dijeron que no podían llevarlo por el peso", dijo Ana Colina, esposa de Juan. Los profesionales los asistieron hasta que Ana consiguió que unos amigos lo trasladen en un auto. "Estuve 2 horas dando vueltas con él en el auto porque tampoco lo querían atender en los hospitales", añadió.
Tanto en el mayor centro hospitalario de la provincia, como en el único especializado en obesidad, fueron resolviendo la insuficiente infraestructura apurados por la demanda.
“Cuando empezamos a ver esta mayor cantidad de pacientes con obesidad mórbida, salimos a comprar las camas”, señaló la doctora Cointe. El hospital San Bernardo adquirió el año pasado ocho camas que soportan hasta 300 kilos, las que muchas veces se arman si se llega algún paciente de estas características.
Mientras, el Oñativia cuenta con 48 camas para internación, de las cuales cinco son para obesos de 240 kilos que son “los menos”, más tres de terapia intensiva. Con los fondos de un bingo que realizó el hospital, las camas se ampliarán a 12 . “Igual son poquitas. La demanda es infinita y la oferta, no”, resaltó Nallar.
Otro de los problemas con los que se encuentra una persona obesa, más allá de dónde ser recostado, es conseguir equipamientos a su medida.
Juan Arroyo estuvo más días internados de lo que debía por no poder realizarse una tomografía. El tomógrafo del hospital San Bernardo -donde finalmente terminó internado por su afección neurológica- no está preparado para personas obesas. “Los nuevos soportan hasta 130 kilos”, contó Ana Colina, y añadió: “Mi esposo estuvo 12 días internados hasta que conseguimos hacerle la tomografía en un centro privado, y ahí recién le dieron el alta”.
“El tratamiento para el obeso debe estar en condiciones edilicias y humanas. Necesitan camas y tomógrafos especiales porque no entran, la circunferencia de aparato es muy pequeña. Por eso queremos adquirir un tomógrafo para pacientes obesos”, afirmó Nallar.
Desde el San Bernardo, indicaron que envían a los pacientes a realizarse las tomografías a centros privados que cuentan con tomógrafos de sistema abierto. El pago sería cubierto por el hospital si el paciente no tiene obra social.
Fuente: El Tribuno