El próximo 22 de septiembre se cumplirá un año de la legislación nacional que permite la investigación médica y científica del uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados. Se trata de la ley 27.350.
La ley, además, autoriza al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) el cultivo de cannabis "con fines de investigación médica o científica para la elaboración de la sustancia que como medicamento sirva para proveer a quienes estuvieren incorporados al Programa".
Sin embargo, y pese a las inquietudes y reclamos de investigación por parte de los médicos que llevan adelante el tratamiento en sus pacientes, no se lograba avanzar en la conformación de los equipos de profesionales ni la designación de presupuesto para este fin.
Por la época en que esta legislación fue aprobada, Salta era, entre varias sedes de INTA, una de las más aptas -por cuestiones climatológicas- para la plantación vigilada y el estudio y comparaciones de los especímenes de cannabis.
Sin embargo, el primer paso ya fue dado por las provincias de Jujuy y de Buenos Aires. En diálogo con El Tribuno, Bernardo Biella, médico y uno de los asesores en la redacción de la ley de cannabis medicinal aprobada en septiembre de 2017, analizó los beneficios que representa para el Jujuy, el poder contar con un centro de estudio para la generación de la planta de cannabis medicinal. El Gobierno de Jujuy firmó un acuerdo con un laboratorio chileno, mientras que el INTA de Castelar, en provincia de Buenos Aires, siguió el mismo camino pero con un laboratorio nacional.
Biella destacó que estos acuerdos se hicieron en forma independiente sin la intervención del Gobierno nacional, tanto en lo que respecta a la cuestión económica como científica.
"Tanto Jujuy como Castelar hicieron dos convenios, que en un primer tramo implica la siembra de cepas de origen nacional, con distinta carga genética, buscando el genotipo ideal del mejor cannabis medicinal que se pueda lograr", explicó el doctor.
Según estimaciones de Biella, los resultados de estos estudios en la búsqueda de la mejor cepa se verán en al menos dos años, pero advierte que estos trabajos y acuerdos y la posterior producción del aceite limita el accionar del Estado sobre ellos y por ende el acercamiento de estos a la población que lo necesita.
"Así Salta está un paso atrás, porque Jujuy cultivará y producirá en algún momento", analizó Biella.
En lo que respecta al estado actual del proceso de investigación que se llevará adelante en la sede de INTA Jujuy, el acuerdo se encuentra ahora en etapa legislativa, ya que se espera que los diputados y senadores provinciales aprueben el proyecto de inversión y trabajo para seguir adelante con su aplicación.
Usos e investigación
La investigación de los efectos del cannabis medicinal, según lo estipulado en la normativa aprobada en 2017, se están llevando adelante en el hospital Garrahan en la provincia de Buenos Aires, a los que se sumaron dos trabajos en el hospital Italiano y el Instituto Fleming. “Estos estudios buscan determinar la eficacia del cannabis en la epilepsia refractaria infantil y del adulto. Está destinado solo a 100 pacientes. Los estudios están siendo sostenidos por los laboratorios privados”, agregó Biella. El pasado viernes 15, desde la Anmat se confirmó que ya está autorizado el ingreso de aceite de cannabis para mil pacientes en uso compasivo.
Fuente: La Gaceta