La semana mundial del parto respetado tiene por objetivo visibilizar lo que sucede en el escenario de un nacimiento en donde, muchas veces, no se respetan los derechos del niño ni de la mujer. “Hay muchas circunstancias que no se cumplen en lo real, las prácticas difieren mucho de la expectativa de la mujer y difieren de lo que reglamenta le ley. En un parto respetado, los protagonistas del escenario son la mujer y el recién nacido. Lo cierto, es que la realidad puede ser otra”, explicó Mariana Rodríguez Cabral, psicóloga y doula salteña.
“Cuando tuve mi primer hijo, hace 15 años, no sabía lo que era el parto respetado. Fui a un ginecólogo que tenía una voz suave y parecía bueno que me dijo: ´sos chiquita, si vas a un parto normal vas a sufrir y al final va a terminar en cesárea, mejor hagamos la cesárea´. Le creí que era lo mejor para mí”, contó Débora Mendía, psicopedagoga, en un posteo en su cuenta de Instagram. “En mi segundo embarazo el mismo médico me dijo: ´como ya tenés una cesárea tenemos que hacer otra´. ¿Con mi tercer bebé? Cesárea. Al tener a mi cuarta hija cambié de médico por la obra social. La obstetra me retaba cada vez que iba: ´¿cómo vas a tener tantos hijos?´, ´¿económicamente, te alcanza?´".
Desde el 2004 rige en el país la Ley de Parto Humanizado, con la atención centrada en los derechos de la embarazada y del recién nacido.
El maltrato hacia la mujer en el escenario de un nacimiento fue siempre recurrente y hoy tiene un nombre: la violencia obstétrica. “En esa situación surgen frases y tonos que repercuten en la mujer. Una mujer que grita en un parto tiene miedo, y eso es normal. Lo que no es normal es recibir frialdad, retos o golpes. La falta de contacto humano”, dijo Rodríguez Cabral.
La clave, según la especialista en parto humanizado es recordar cómo funciona el cuerpo y la psiquis de una mujer en el parto. “Si entendiéramos que la mujer se está rompiendo, que siente dolor y que así y todo, es una situación natural, podríamos esperar ciertas conductas y acompañar a una mujer. El parto es de la mujer y el encuentro con el bebé debe ser único y el sistema de Salud debe acompañar eso”, recordó la psicóloga.
“Me acostaron, me ataron, levantaron la bata y yo estaba totalmente desnuda y sentía frío. Sentí cada corte en mi piel y sus palabras: ´tenés todos los tejidos pegados, cómo no esperaste más tiempo para tener hijos. Mirá, mirá cómo tiene´, le decía la médica al padre de mis hijas que estaba ahí asustado filmando. Sentí tanto miedo que grité y me pusieron anestesia total.”, contó Débora en Instagram.
Según la psicóloga, las secuelas en el cuerpo de la mujer también son importantes: “Atar a las mujeres, dejarlas solas en los pasillos, sin ninguna persona cerca. Eso es enloquecedor para una mujer que acaba de tener a una cría”.
La base, según los especialistas y defensores del parto humanizado, es cuidar el escenario del nacimiento. “Lo que sucede allí, las personas que están, que los protagonistas se sientan respetados, hablarles, explicarles lo que va sucediendo, usar la palabra. La idea es que después no haya que reparar tanto”.
“Cuando nació mi bebé nunca me la mostraron, la arrancaron de mí y se la llevaron. Me desperté a los gritos porque pensé que mi bebé había muerto y estaba sola en un rincón. Todos pasaban y yo preguntaba por mi hija y nadie decía nada. Volví a la habitación y tampoco me trajeron a mi bebé, pasaron horas hasta que al fin me la llevaron. La doctora fue sólo a darme el alta, a decirme que me durmieron porque estaba nerviosa y complicaría todo, que sí me ligaron las trompas y cuando pregunté el método dijo: ´para qué te voy a decir si no vas a entender nada´".
IMAGEN ILUSTRATIVA DE ENFEMENINO
El parto en cuarentena preventiva y obligatoria
En Salta, a raíz de la cuarentena preventiva y obligatoria, se abrió una red de doulas gratuitas. “En realidad las mujeres se acercaron a nosotros porque comenzaron a decirles que no podrían ingresar a parir acompañadas, entre otras cuestiones. En muchas clínicas privadas les decían que era una cuestión de un protocolo que nunca había sido reglamentado pero se empezó a realizar igualmente. Ese protocolo no privilegiaba la salud, sino el control. Por esto, comenzaron a practicar cesáreas programadas”, relató Rodríguez Cabral y agregó: “El sistema médico colapsó con la pandemia y se vio interpelado. Los profesionales también comenzaron a tener miedo y, en muchos lugares, recrudecieron el control”.
La clave, según la psicóloga es cuestionar al profesional. “en el buen sentido. Si lo que me dicen no me parece bien o me genera dudas hay que buscar otra opinión. Las doulas, obstetras o parteras, pueden informarnos y darnos otra visión de la situación, para tomar una decisión informada. Hay que caminar buscando respuestas y en este camino podemos apoyarnos y acompañarnos en profesionales y especialistas”.
El ministerio de Salud de Nación informó que, en el contexto de la pandemia, el parto respetado sigue siendo un derecho con algunas adecuaciones por el momento en el que estamos viviendo. “Al llegar a un establecimiento sanitario tanto la persona gestante como el acompañante pasarán por un triage en dónde les tomarán la temperatura, les van a hacer alguna preguntas para saber si pueden ser casos sospechosos de COVID-19 y a partir de ahí derivarlos al sector correspondiente”, afirmó la coordinadora del área de Obstetricia y Ginecología de la Dirección de Salud Perinatal y Niñez del Ministerio de Salud de la Nación, María Julia Cuetos.
El único pedido es que el acompañante no sea mayor a 60 años, ni un niño y no debe tener alguna enfermedad preexistente. “Estará registrado como acompañante -agregó- para poder permanecer siempre con la persona gestante y también podrá estar con ella en el momento del nacimiento”, concluyeron desde el organismo.
Cuetos aclaró que la enfermedad Covid-19 no implica un riesgo mayor para las personas embarazadas ni para sus recién nacidos pero es importante seguir las recomendaciones generales para evitar contagios como el lavado frecuente de manos, mantener la distancia física, usar tapabocas, limpiar las superficies y ventilar los ambientes.
Importante: Si tenés alguna duda, sentís que sufriste maltrato o que no fueron respetados tus derechos o que sufriste violencia estética, podés llamar al 0800 Salud Responde o al 144 del Ministerio de las Mujeres Género y Diversidad, informaron desde Presidencia de la Nación.