Mientras las aguas siguen bajando turbias en el río Arenales y por su cuenca la contaminación llega hasta el dique Cabra Corral, las redes del servicio de agua corriente de Salta continúan bajo la lupa tanto por su calidad como por la eficiencia.
En la zona norte de la ciudad los cortes tienen a los vecinos en estado casi de emergencia, rebuscándoselas para abastecerse durante las pocas horas que llega el agua y también por la sospecha de que no llega en el mejor estado posible a las viviendas.
Para sumar tensión a la escena, la Revista Argentina de Microbiología publicó la semana pasada un estudio realizado por investigadores del INENCO y el CONICET en el Laboratorio de Calidad de Agua de la Facultad de Ciencias Naturales de la UNSa, en el que se analizaron los vínculos entre las tasas de incidencia de diarreas con la calidad del agua de consumo.
La investigación, dirigida por María Soledad Rodriguez Alvarez, doctora en Ciencias Biológicas y becaria del CONICET, concluyó que no hay elementos suficientes para establecer la relación directa entre ambas variables aunque una de las plantas potabilizadoras actúa como factor protector. Además detectó la presencia de bacterias y parásitos en el agua que se consumen en hogares de la localidad de Vaqueros, donde la red de agua potable no alcanza a la totalidad de sus habitantes y muchos de ellos la obtienen de pozos domiciliarios o acequias.
Según el estudio, que analizó la presencia de Escherichia Coli (bacteria) y quistes de Giardia spp. (parásito), los resultados del análisis demostraron que el agua que se consume en esa localidad presentaba "desviaciones" de lo que indica el Código Alimentario Argentino (CAA). "Esto demuestra que la población se encuentra expuesta a patógenos que ponen en riesgo su salud, sobre todo la población que consume agua sin tratamiento, dado que dichas muestras presentaron E. coli y quistes de Giardia spp. en todas las fechas evaluadas", dice el trabajo.
LO QUE LA LEY NO OBLIGA
Sin embargo, Rodriguez Alvarez explica a LA GACETA que incluso cuando el agua que provee el servicio de Aguas del Norte cumpla con lo que indica la legislación vigente en Argentina, no se puede hablar de que esa agua sea 100% segura. "El marco regulatorio a veces es un limitante a los controles que se puedan hacer en el agua. El CAA te exige ausencia de E. Coli y Pseudomonas aeruginosa para clasificar el agua como potable, pero otro tipo de microorganismos como parásitos y virus pueden estar presentes aún en una muestra clorada", explica y agrega que el control de otro tipo de microorganismos puede realizarse mediante una gestión basada en riesgos, por ejemplo mediante la evaluación cuantitativa de riesgos microbiológicos o un Plan de Seguridad del Agua, tal como el que empezó a implementarse en el 2012 en la ciudad de Salta como producto de un trabajo conjunto entre Aguas del Norte y el INENCO pero que aún falta validar para asegurar su buen funcionamiento.
Desde Aguas del Norte, Ana Cardozo, ingeniera química a cargo del área de Calidad, asegura que la empresa realiza controles mensuales de la calidad en muestras de toda la provincia, en los que no se detectó salmonella ni E.Coli. Sin embargo, agrega, sí se está trabajando en el armado de un laboratorio específico de análisis de parásitos en el agua, a partir del modelo que utiliza Aguas Santafesinas. "Vamos a hacer determinaciones de parásitos y tener personal idóneo para implementar la técnica", dice, y agrega que todavía no se puede afirmar ni descartar la presencia de este tipo de patógenos en el agua de la red salteña.
AGUAS PELIGROSAS
Cardozo agrega que en el caso de los pozos poco profundos, de menos de 30 metros, es "muy probable que haya contaminaciones fecales" sobre todo si hay cámaras sépticas cercanas y no se recogen los líquidos cloacales mediante una red. "Los niveles de contaminación en estos pozos es muy alta", agrega y asegura que la empresa atiende consultas de casos particulares para asesorar sobre cómo realizar tratamientos para potabilizar el agua domiciliaria.
Rodriguez Alvarez agrega que determinados microorganismos son resistentes a la desinfección con cloro, por lo que en algunos casos es necesario el hervido para ser consumida de manera segura. "Es lo único que a nivel domiciliario elimina completamente los microorganismos en caso de encontrarse presentes", dice y respecto de los filtros domiciliarios comerciales, la eficacia dependerá de la porosidad y la capacidad para retener microorganismos específicos. "Además está condicionado por el buen uso, ya que tienen un tiempo de duración y si no se reemplaza según las indicaciones del fabricante la contaminación se concentra y aumenta el peligro".
QUÉ TE PUEDE ENFERMAR DEL AGUA
Algunas de las bacterias, virus y parásitos que pueden ingresar al cuerpo a través del agua son también las que contaminan alimentos, superficies y ambientes de uso cotidiano. Conocé algunas de las más frecuentes:
Giardia
La Giardia lamblia es un parásito diminuto que vive en los intestinos de personas y animales. El parásito se transmite en las evacuaciones intestinales de una persona o los animales infectados. Entre la población más expuesta están los niños que usan pañales y asisten a guarderías, los viajeros internacionales y personas que consumen agua no tratada de fuentes contaminadas.
Escherichia Coli
Escherichia coli O157:H7 es una de las cientos de cepas de la bacteria, la mayoría de las cuales son inofensivas y viven en los intestinos de humanos y animales sanos. Sin embargo, este microorganismo produce una toxina que puede causar infecciones graves y que se transmite fácilmente a través de alimentos mal higienizados.
Entre los síntomas que produce están las diarreas con sangre, cólicos, vómitos y fiebre.
Salmonella
Es una bacteria que produce infección en los intestinos, con diarrea y cólicos de 12 a 72 horas después de la infección. La enfermedad dura entre cuatro y siete días, y la mayoría de las personas se recupera sin tratamiento.
Rotavirus
Este virus es la causa más común de diarrea severa en bebés y niños menores de cinco años, y produce la muerte de más de 500.000 niños por año en todo el mundo.
Una vez que ingresa al cuerpo, la incubación de la enfermedad dura dos días, luego de los cuales aparecen vómitos y diarrea durante tres a ocho días, y con frecuencia presenta fiebre y dolor abdominal. La inmunidad después de la infección no es completa, pero las infecciones repetidas suelen ser menos severas que la infección original.
Criptosporidium
Es un parásito diminuto que puede vivir en el intestino de personas y animales y se caracteriza por estar protegido por una concha externa que le permite sobrevivir fuera del cuerpo durante periodos prolongados. Es muy resistente a la desinfección con cloro.
Fuente: La Gaceta