Los que estaban en torno al monolito del general Güemes, en la plaza Belgrano, fueron despintados y los que se encontraban en el ingreso a la Escuela de Música y frente al Portal de la Memoria, tachados con aerosol negro.
Las últimas dos semanas han estado atravesadas por un debate que parece no tener fin, y donde desde el Gobierno Provincial salieron a pedir un poco de cordura.
Dos días después del aniversario del último golpe de Estado, la Asociación Tradicionalista Gauchos de Güemes borró los pañuelos impresos junto al monolito. Un día después, integrantes de organizaciones de derechos humanos volvieron a pintarlos.
El miércoles último, desde las 15, hubo una mateada por la memoria en este lugar, organizada por la Asamblea Feminista de Salta. Un grupo de artistas, liderado por Oscar "Talero" Blanco, tenía previsto borrar estos símbolos esa misma tarde pero, horas antes de la convocatoria, decidió cancelarla. Sus deseos se materializaron por la noche, cuando algunos jóvenes se autoconvocaron para "limpiar" el lugar, que quedó hecho un mamarracho.
HIJOS creer que es solo "cosa de gauchos"
María Morales Miy, de Hijos, dijo a El Tribuno que lamenta que tenga que salir a defender todo el tiempo un símbolo "que debería ser una bandera de la sociedad". Contó que desde Hijos planean hacer talleres o charlas "para informar y educar sobre la lucha por la soberanía nacional de Güemes, los preceptos y los principios que defendió para ver si "podemos' pensar con mayor objetividad la relación de su lucha con la lucha que simbolizan los pañuelos".
No obstante, el tema de los pañuelos trasciende el enfrentamiento con los gauchos, si bien fueron los primeros que salieron a defender un monumento que había sido violentado.
Las pintadas del 24 de marzo dejaron en claro que es un símbolo que divide a la sociedad, que no se trata de un símbolo universalmente aceptado y que lejos está de ser una bandera que represente igual significado para todos.
Quizás el manejo que se hizo del mismo genera repudio; la politización de Madres de Plaza de Mayo; la figura de Hebe de Bonafini como estandarte; los robos que se cometieron escudados en el mismo; y muchas otras sensaciones entraron en juego a la hora de valorar su legitimidad. No es sólo "Pañuelos versus Güemes", como dice HIJOS.
Aclara pero oscurece: Se mezcló todo
"Creemos que hay una gran confusión, que toman a los pañuelos como si fuesen una bandera partidaria o política kirchnerista, cuando no tienen nada que ver con eso. Los pañuelos blancos no pertenecen a ningún partido político. Representan la lucha de memoria, verdad y justicia. Nosotros somos, sin querer, arrastrados a una interna de la que no nos sentimos parte. No hay dos bandos, cuando hablamos de derechos humanos", sostuvo Morales Miy, aunque no todos obraron en consecuencia.
Entre quienes defendían las pintadas, muchos calificaron a los gauchos de oligarcas, retrógrados e ignorantes; se atacó el traje diciendo es un disfraz; se trató a quienes se oponían a los pañuelos de conservadores y faltos de memoria. Incluso una directora de cine salteña pidió desde el exterior, que la Iglesia y el poder político opinen al respecto. Es decir, se mezcló todo.
Desde la Tupac Amaru se consideró a las personas que concurrieron a limpiar los pañuelos blancos como "cholos pobres". Es decir fue un ataque personal, no ideológico.
Nora Cortiña, representante de la línea fundadora de Madres de Plaza de Mayo, dijo "me duele que se hagan esas cosas, es como una acción de fascismo que no queremos en nuestro país."
Cristina Kirchner, utilizó el momento para defender al kirchnerismo, y politizó la situación al extremo. Manoseó el tema de los pañuelos para tratar de desprestigiar la figura del gobernador Juan Manuel Urtubey, con quien está enfrentado, diciendo que "En la Salta de Urtubey se niega la masacre del Proceso Militar”, en su cuenta de Twitter.
Está claro que no es sólo Pañuelos versus Güemes. Es política. Es ideología.
Un tema que divide
Álvaro Ulloa, titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) en la provincia, reconoció en diario El Tribuno, que el asunto de los pañuelos "se convirtió en un tema divisorio en Salta" por la identificación social de este símbolo con la figura de Hebe de Bonafini, titular de Madres de Plaza de Mayo.
"Me parece que el pañuelo es un emblema que se debería respetar mucho y me parece también que la identificación de los pañuelos terminó siendo Hebe de Bonafini, que no es una figura universal, sino asociada a un espacio".
"Para mí es dramático cuando un organismo de derechos humanos tan fuerte como Madres de Plaza de Mayo termina asociándose a un espacio político porque inmediatamente genera el -llamémosle- rechazo del resto. Yo creo que fue muy negativo para la historia de nuestro país", opinó.
"A Madres de Plaza de Mayo, como institución, les tengo un respeto enorme. A Hebe de Bonafini, no. Creo que es una persona que tomó una posición partidaria muy extrema y quienes no estaban con ella eran enemigos de ella. Eso genera división, cuando los pañuelos deberían ser un tema común a toda la Argentina".
Símbolos tachados
“Sentí bronca, indignación, impotencia. Todo lo que se siente cuando pasan estos actos llenos de odio”. Santiago Soler, estudiante de la Escuela de Música de la Provincia, contó a El Tribuno lo que sintió al ver ayer por la mañana que los pañuelos blancos, que se habían pintado unas semanas atrás por el Día de la Memoria, estaban tapados por garabatos de aerosol negro.
Ayer por la mañana, él y sus compañeros, que no tenían clases desde la semana pasada, se sorprendieron al ver que estaba pintarrajeado el ingreso al edificio, que se inauguró hace poco más de un mes.
Desde la Escuela de Música dijeron que una profesora con un grupo de alumnos pintó los pañuelos, que ayer por la mañana amanecieron tachados con aerosol negro, y que desconocen quién hizo esto.
Lo mismo pasó en el Portal de la Memoria, donde aparecieron tachados con aerosol.
Fuente Informate Salta