Detrás de la muerte de una pareja de jóvenes por intoxicación con monóxido de carbono, en la localidad de Lumbreras, que conmovió a todo Metán, se esconde un drama que se repite todos los inviernos.
Carmen Teseyra, de 16 años, y Ángel Sebastián Copa, de 17, habían prendido fuego sobre una chapa, en una pequeña habitación, para contrarrestar el frío, en una humilde vivienda del barrio El Jagüel. Luego se fueron a dormir. El lugar estaba sin ventilación. Sus cuerpos fueron hallados por un familiar el viernes por la noche. Llevaban al menos dos días de fallecidos.
Dos semanas atrás, otra pareja conformada por una joven de 19 años y un joven de 25, casi sufre un desenlace fatal similar en el barrio Atocha II, San Lorenzo, tras inhalar el peligroso gas, proveniente de un brasero encendido en una habitación.
Según estadísticas de Nación, cada año mueren en Argentina aproximadamente 200 personas como consecuencia de las intoxicaciones por monóxido de carbono y se estima que ocurren 40.000 casos clínicos, la mayoría prevenibles y evitables.
Gran parte de los casos están relacionados con el mal uso de los braseros a carbón, leña, kerosén o el deficiente funcionamiento de artefactos a gas, ubicados en ambientes no adecuados o mal ventilados. Los datos se desprenden del Programa Nacional de Prevención y Control de las Intoxicaciones del Ministerio de Salud de la Nación.
El monóxido de carbono es una sustancia gaseosa, inolora, incolora, imperceptible, pero muy peligrosa, ya que puede resultar letal. Se puede encontrar en el humo de la combustión de los artefactos mencionados.
El comandante Walter Chávez, jefe del cuerpo de bomberos voluntarios Martín Miguel de Güemes, explicó en El Tribuno que, para evitar casos como el Lumbreras, la comunidad debe tomar medidas de prevención. "En Salta tenemos un clima de noches muy frías, pero durante el día sube la temperatura. Esta variación térmica genera que la gente utilice artefactos a gas, o leña, como los braseros, y también eléctricos. Estos pueden provocar incendios o intoxicaciones por monóxido debido a una mala combustión", precisó Chávez.
Añadió que no se debe dormir con braseros encendidos, que es importante verificar con un gasista matriculado el funcionamiento de los artefactos de calefacción a gas y controlar que el color de la llama sea siempre azul, no amarilla o naranja ya que eso indica la presencia de monóxido.
La intoxicación por monóxido provoca dolor de cabeza, mareos, debilidad, náuseas, vómitos, dolor en el pecho, confusión y pérdida del conocimiento. Las personas dormidas pueden morir sin poder reaccionar.
En tanto, el coordinador de Ambiente, Espacios Verdes y Alumbrado de la Municipalidad de Salta, Nicolás Kripper, informó que hasta el momento no se han reportado casos de intoxicados por monóxido de carbono en la ciudad. Y sostuvo que fortalecer los mecanismos de prevención con concientización es clave.
Sugirió que se lleven adelante campañas de difusión en lugares de alta concurrencia sobre el uso de los artefactos, por ejemplo, a través de flyers en los puntos de entrega de la garrafa social, paradas y colectivos. "En los niños siempre es bueno transmitirlo de forma lúdica. Quizá en los primeros años de la escuela mediante dibujos o actividades para que puedan ser los multiplicadores de concientización en los padres", finalizó.