"Yo, Juan Carlos García, en presencia del notario Alejandro Pezet, tocando con mis manos sobre los santos evangelios de Dios, prometo custodiar fielmente el secreto pontificio en este asunto de modo que bajo ningún pretexto alguno, me será lícito violar dicho secreto. Prometo custodiar el secreto también después de la conclusión de las causas. Si en algún caso se me sembrara la duda, me abstendré al secreto, es decir que siempre es mejor guardarlo que divulgarlo. Igualmente soy consciente de que el transgresor de tal secreto en la moral cristiana, comete un pecado grave", de esta manera Loyola Pintos, el juez eclesiástico, le leía a Juan Carlos García su juramento en la primera y única audiencia por abuso contra el sacerdote Emilio Lamas.
La denuncia se basa en un abuso que habría ocurrido entre los años 1990 y 1991, en la previa de la fiesta patronal de Alfarcito. "Las causas de abusos de menores están enmarcadas en lo que la santa sede llama secreto pontificio", detalló Loyola. Aunque luego aclaró que el secreto era para "el proceso, por una cuestión de que hay que guardar la buena fama de todos, hasta que se demuestre lo contrario". También indicó que podía contar lo que le había pasado con "quién quisiera".
Juan Carlos, descreído de la institución que muchos años le dio la espalda, violó "la moral cristiana", y registró mediante audios cada contacto mantenido con los funcionarios de la Iglesia. También grabó a Alejandro Pezet, el sacerdote que incentivó la denuncia canónica luego de que María Rosa Tanus, amiga de Juan Carlos, le contara lo sucedido en aquella época.
Antes de la audiencia del juicio eclesiástico, a fines del 2016, Pezet visitó a Juan Carlos, y también hizo hincapié en las reservas que había que mantener: "Teóricamente vos de esto tendrías que guardar secreto, pero bueno... manejalo en tu conciencia como vos quieras", le dijo al iniciar el encuentro. Pezet comenzó a frecuentar Rosario de Lerma llevando bolsones de mercadería para ayudar a Juan Carlos a paliar su difícil situación económica. También le transmitía los mensajes de Loyola respecto del desarrollo del proceso de la "justicia divina".
"Se lo llamó a Lamas, él se presentó y se le leyeron todas las acusaciones, y él dijo que reconocía que todo era verdad, y pidió la dimisión del sacerdocio...", le contó a la víctima y destacó que era un buen gesto que su colega "haya reconocido".
Según explicó el religioso en el audio, Lamas pidió volver a Bolivia, donde estaba ejerciendo hasta terminar el año, como una manera de "no golpear la comunidad yéndose de un día para el otro. Cambiar de sacerdote a fin de año no es raro. Con lo cual esto no lo va a saber nadie, hasta que no deje el ministerio. Va a dejar el sacerdocio, pero por un par de meses va a seguir".
Sin embargo, luego se escucha al sacerdote admitir que Lamas "es una persona peligrosa, hasta el día de hoy. Sabemos que estas cosas no se van...", dijo y luego contó la historia de un abusador que había reincidido después de haber quedado en libertad.
"¿Reconoció los otros casos también?", interpeló rápido Juan Carlos, "Sí, sí, la decisión fue rápida porque dijo que era algo pendiente, que lo había pensado muchas veces. Supongo que para vos es cierto alivio, que de alguna forma se hace justicia. Eso habla bien de él, porque todo el mundo te dice que ha sido un buen cura, que ha hecho mucho bien. Eso a mí me consta que mucha gente lo recuerda como un buen cura. Aún las víctimas... jeje, los otros abusados... me decían que es una buena persona...pero sí cometió un crimen gravísimo", reconoció Pezet.
Al enterarse que no habría sido el único, Juan Carlos ubicó en Rosario de Lerma al otro hombre que también habría sido abusado por el sacerdote, y le pidió que, como él, también lo denunciara, "pero me dijo que ahora él ya es padre de familia, y que quiere olvidar eso", se lamentó García.
Ante la manifiesta insatisfacción de la víctima de Lamas que reprochaba que no "era suficiente" con la renuncia al sacerdocio, Pezet le aclaró que estaba en su derecho a "reclamar de la forma que vos quieras. Yo creo que a él, lo que le conviene es ofrecerte una reparación de manera que esto no trascienda, porque él ya por esto no va a ir preso, porque prescribió", lanzó. Aunque, por otro lado señaló que "como institución", la Iglesia debía hacerse cargo de la reparación económica.
En repetidas ocasiones, el religioso destacó la "actitud" del cura al reconocer el abuso: "Se ahorra de que se revolviera el avispero, imaginate si se llamara a declarar a toda esa gente... se hace algo imparable todo lo que pudiera llegar a saltar", advirtió el cura reafirmando que habrían otros casos.
Casi al finalizar la charla "íntima", en la casa de Juan Carlos, Pezet, que actuó como notario durante la audiencia del juicio eclesiástico, aseguró que le hubiera gustado ser ajeno a todo el asunto y "no enterarse". Yendo más allá, apuntó contra las reservas que se mantienen dentro de la Iglesia: "Al obispo no le hizo gracia que yo me enteré de todo esto... no le gusta que se ventilen estas cosas", aseveró.
Pero García no disimuló su malestar y le achacó al religioso que estaban "tapándolo de nuevo", a lo que Pezet contestó: "Sí lo reconoce..., qué te parece que tendríamos que hacer para no taparlo...¿publicar en los diarios esto?, ¿te parece que es eso lo que hay que hacer?", apeló, mientras que le pidió que reflexionara y luego le transmitiera cuál sería la "forma más apropiada" de resarcir el daño.
Contrariamente, durante la audiencia eclesiástica, Loyola Pintos le aclaró a Juan Carlos que "si quiere puede hacer denuncia civil y pública, es su derecho... el secreto se refiere a este proceso, si usted quiere hacerlo público...".
Luego de aquella audiencia llevada a cabo a fines del año pasado, se elevó el caso a Roma y será la Congregación para la Doctrina de la Fe, quién deberá darle cauce al juicio o no. "La Congregación juzga estos temas, no lo puede juzgar ningún tribunal que no sea de Roma, porque son delitos de menores. Entonces Roma determinará si levanta la prescripción o no. Porque esto también ha prescrito, entonces dependerá de la Congregación si se levanta la prescripción o no. Si lo hace, mandará a hacer un juicio", explicó el juez de la iglesia al fina lizar la audiencia.
Pruebas irrefutables
Hasta el momento, Juan Carlos no tuvo más novedades, aunque tampoco le interesa, asegura que mediante el derecho canónico no encontrará justicia. Los audios donde se detallan las atrocidades impuestas por el cura Lamas en su estadía en Alfarcito, se darán a conocer hoy a través de nuestra página web. Allí la víctima señala: “Me sentí, no sé, incómodo. Yo sentía un montón de cosas. Sentía ese temor por el sacerdote. Pero después empecé a sentir asco cuando empecé a sentir su lengua en mi oreja”. Durante algunos años la víctima grabó las conversaciones con los funcionarios de la Iglesia Católica a pesar de las doctrinas.