Desde que el municipio capitalino y el Gobierno provincial volvieron a trabajar en conjunto en controles viales, a fines de marzo pasado, disminuyó en la ciudad la cantidad de infractores a la ordenanza de tolerancia cero al alcohol.
De acuerdo a datos provistos por Tránsito de la comuna a El Tribuno, en abril hubo 66 conductores sancionados por alcoholemia, en mayo la cifra se redujo a 31, en junio fueron 33 y en las primeras tres semanas de este mes llegó a 21. Si se compara con las multas efectuadas en enero (90), febrero (52) y marzo (58), la diferencia es significativa.
La mayor presencia de inspectores municipales y agentes de la Policía Vial en las calles de la Capital incidieron claramente en la toma de conciencia de quienes manejan vehículos. Es lamentable, pero pese al ejemplo de cientos de siniestros viales hasta con víctimas fatales, el entendimiento sobre que no se mezcla el alcohol con el volante en la mayoría de los casos llega cuando se apunta al bolsillo. El dinero concientiza, no la imprudencia: la pena económica más alta por manejar alcoholizado es de 32 mil pesos.
La Provincia y el Gobierno municipal habían cortado relaciones en materia de operativos viales en mayo de 2016, tras no renovarse el convenio que existía para tal fin. En los casi dos años que duró esa división, la detección de conductores alcoholizados en el ejido capitalino creció en la comparación interanual. Esa tendencia se revirtió en los últimos meses y no porque haya menos controles, sino todo lo contrario.
En cambio, la Policía Vial, con mucha más disponibilidad de recursos humanos e infraestructura, baja paulatinamente sus índices de actas de infracción labradas por alcoholemia año a año.
De acuerdo a una reciente publicación del Observatorio Vial Salvemos Vidas, durante el primer semestre la Policía detectó entre 35 y 119 conductores alcoholizados durante los fines de semana, mientras que en el mismo período de 2017, el promedio fue entre 85 y 100 en iguales días de descanso.
La visión del Observatorio es que "la tolerancia cero ha cavado muy hondo en el imaginario social y las concepciones culturales respecto de las conductas preventivas. Esto no solo se comprueba con los índices, sino también con la naturalización de que beber y conducir no es cuestión de una prohibición, sino de lógica para la prevención".
El municipio de Salta fue uno de los pioneros en el país en implementar la tolerancia cero para los conductores alcoholizados. La ordenanza local que sanciona a quienes circulan en vehículos con cualquier grado de alcohol en sangre está vigente desde el 16 de junio de 2014 en la ciudad. El Gobierno provincial se sumó luego a la medida de la capital en noviembre del mismo año y extendió los controles a las rutas interjurisdiccionales.
Las multas se regulan por el precio de la nafta súper. Entre el primer día de enero hasta la fecha, el costo que deben afrontar los conductores infractores por su imprudencia creció un 25%, a la par de la suba acumulada del combustible, que fija el monto de la unidad fija (UF) con el que se establecen las sanciones de tránsito.
Las sanciones económicas a los infractores por alcoholemia, si es que se realizan dentro de la competencia municipal, van desde las 200 UF ($6.400) hasta las 1.000 UF ($32.000), además de la quita de puntos al carné de conducir y el secuestro temporario del vehículo.
Las multas que labra la Policía Vial bajo la tolerancia cero son desde las 100 UF ($3.200) hasta las 1.000 UF, y a los conductores se les retiene el carné de conducir hasta un año, como así también se les quita puntos a la licencia y se les puede retener el vehículo si es que no hay otro conductor de reemplazo.
Otra de las acciones reanudadas por el municipio y la Provincia es la tarea de prevención. A través del programa "Conductor Responsable", agentes de Tránsito y policías viales recorren locales nocturnos donde se reúnen jóvenes para concientizar sobre los peligros de manejar tras haber consumido alcohol.
El pasado fin de semana, por ejemplo, la campaña se efectuó en un boliche de la avenida Paraguay. En la oportunidad, a los jóvenes asumidos como conductores responsables se les entregaba entradas gratis al local y una consumición sin costo de una bebida analcóholica. Al mismo tiempo se los invitó a experimentar, con gafas de simulación, los efectos que produce el alcohol en el cuerpo, tales como pérdida del sentido, equilibrio, visión y coordinación al manejar.
"La premisa es promocionar conductas conscientes y solidarias al conducir, incentivando a evitar el consumo de alcohol entre los jóvenes que conducen", explicó el director de Tránsito, Miguel Sosa.
Fuente: El Tribuno