Fernando Soria es un poco de barro en el monte. Desde hace tres semanas, ayuda como puede a familias criollas y aborígenes del Chaco salteño, muchas de las cuales lo perdieron todo cuando el río Pilcomayo avanzó sobre las precarias viviendas que habitan en esa alejada región. El martes de esta semana, el Pilcomayo volvió a crecer y afectó nuevamente a varias comunidades que habían sufrido el embate del agua anteriormente. Eso sucedió con la comunidad La Curvita, 7 kilómetros antes de llegar al paraje Santa María y el primer lugar poblado al que la creciente del río llegó, con toda su furia. En ese punto, el agua alcanzó 2 metros y, pasadas tres semanas, es imposible caminar por ese lugar sin hundirse en el lodo por lo menos de 50 centímetros.
En diálogo con el Tribuno, el joven conocedor de los secretos de esta región refirió cuál es la situación que viven cientos de familias.
¿Cuál es la zona más afectada por la crecida del Pilcomayo?
Son muchas comunidades que lo han perdido todo, pero entre las más afectadas están unas 700 personas pertenecientes a comunidades originarias como wichis, chorotes y otras etnias que residían en la comunidad La Curvita. Para que la gente se oriente, está unos 7 kilómetros antes de llegar a Santa María, a unos 4 kilómetros al norte de la ruta 54. Los originarios abandonaron esa comunidad y los que vuelven son algunos pobladores que tratan de recuperar algo de lo que tenían, como las chapas, porque lo demás está debajo del barro. Por disposición de las autoridades se les armó un campamento de contención que está a unos 5 km de lo que era su comunidad. Se les entregó algo de bolsones alimenticios, el colectivo de la UNSa también les dejó algunos artículos. Pero ellos necesitan madera, chapas, camas, colchones y prendas de vestir porque se quedaron sin nada. Ellos mismos me confirmaron que nunca más van a regresar a La Curvita porque no quieren volver a pasar por una situación igual y saben que los próximos años el río puede volver a crecer y nuevamente dejarlos sin nada. A 200 metros de la comunidad, el río formó una isla por lo que la mínima lluvia los volverá a inundar.