Mientras en las calles las fachadas de los edificios se van poblando de carteles con la leyenda "Alquilo" o "Disponible", la fisonomía de los hogares salteños empieza a mutar, moldeada por una crisis económica cuyo origen es tan incierto como el final.
La fuerte devaluación de mitad de año, la inflación y el atraso salarial conforman una tormenta perfecta cuyo resultado es cada vez más inquilinos salteños devolviendo las casas o departamentos que alquilaban para volver a vivir con los padres u otro familiar. En el caso de las personas solteras, en tanto, se nota un aumento de los alquileres compartidos, para reducir costos.
Como sea, la actividad inmobiliaria ya no puede disimular su declive y todavía falta esperar el impacto de la ley de alquileres que impulsa el oficialismo en el Congreso Nacional. Si bien a priori se presenta como un proyecto que beneficia a los inquilinos, algunos de los puntos podrían llevar a los propietarios a retirar sus inmuebles de la oferta, y es sabido que cuando la oferta cae los precios aumentan.
"Hoy hay una franja que ya no se preocupa por el alquiler, porque no puede pagarlo". Contundente, la frase pertenece a Juan Martín Biella, director de la Federación Inmobiliaria Argentina.
En diálogo con El Tribuno, Biella explicó que hay un sector de los inquilinos que "no pueden pagar una casa, un departamento o las expensas" ya que los costos "se les escaparon mucho por las subas de luz, gas, agua y las expensas en sí mismas".
"Muchos han vuelto a las casas de sus padres, esta es una situación que se está dando con frecuencia en determinados sectores sociales", indicó.
Biella advirtió que "se está dando un problema en el que tenemos tres generaciones viviendo en la misma casa en esquema de parejas: los abuelos, los padres y los hijos, que empiezan a formar sus familias pero ya no pueden alquilar".
"Se trata de un segmento de la sociedad al que no le alcanza la vivienda propia y para el que no hay créditos disponibles, sumado a que el Estado no puede construir más y los alquileres, con la suba de tarifas de los servicios se hicieron inalcanzables", señaló el director de la Federación Inmobiliaria Argentina,y detalló que "entonces la gente vuelve a la casa de los padres y las personas solteras se juntan entre dos o tres para alquilar algo y reducir costos".
Según datos de la Federación Inmobiliaria Argentina, en Salta hay alrededor de 35 mil inquilinos, de los cuales más del 70% paga menos de 10 mil pesos de alquiler. "Este es un monto lógico si se toma en cuenta que el salario promedio en Salta ronda los 20 mil pesos", dijo Biella, y reveló que, de ese segmento, "no menos de un 10 por ciento están dejando de alquilar", o sea unas 2.500 personas de zonas como Don Emilio, Intersindical, Parque Belgrano y Ciudad del Milagro.
"Por otra parte, en el segmento clase media y media alta, hay muchas renovaciones de alquileres sin actualización de monto; o sea que el propietario resigna algo de ganancia para no perder un buen cliente", manifestó y reforzó: "Cuando el inquilino es bueno y la casa está bien mantenida, el propietario accede a no actualizar con tal de conservar a ese inquilino. Para evitar el riesgo pierden un poco de plata".
No obstante la crisis, el referente del sector inmobiliario reveló que "la mora no ha llegado al 5%, se esperaba mucho más", y evaluó que "esto un poco tiene que ver con que la gente está rescindiendo para no deber".
Además de las complicaciones entre los que alquilan para vivir, la realidad económica se refleja también en el sector comercial. "En las áreas centro y norte se ve una preocupante reaparición de carteles de alquileres disponibles", dijo.
Rentabilidad en picada
Por el lado de los inversores también hay una sensible pérdida de la rentabilidad. "Si antes un inmueble, de por ejemplo un millón de pesos te daba una renta anual de 50 mil pesos, ahora te da entre 35 y 40 mil. Ha caído casi el 20%la rentabilidad del inmueble”, afirmó.
Manifestó que esta situación se presenta porque “se han sostenido parcialmente los precios de los inmuebles, pero la rentabilidad ha caído. La rentabilidad bajó del 5 al 4 por ciento, lo que resulta problemático para las inversiones futuras, porque la inflación nos está llevando puestos”.
“Esta es una situación que se da a nivel nacional por el descongelamiento de la economía y porque el Estado absorbe todo el efectivo, por lo que la gente anda sin un peso en el bolsillo, a lo que se suma que, al devaluar, se dejó a la gente un 60% más pobre”, evaluó.
Para Biella “la incertidumbre que hay en el país afecta a las inversiones inmobiliarias, sobre todo a las destinadas a renta, porque si el inversor, por cada millón de pesos va a tener 40 mil pesos de renta con un inmueble, por ese mismo millón el Estado te da 600 mil pesos si le comprás títulos, es una competencia bastante complicada”.
“Nosotros entendemos que la situación va a rebotar a partir de abril, vamos a tener certidumbre, que es lo que necesita el mercado”, analizó, y dijo que “ahora muchos propietarios han retirado sus inmuebles de la locación porque no saben qué es lo que pasa con la economía” y que “una muestra de esto es la cantidad de propiedades que se ven hoy a la venta, porque los propietarios creen que si venden y ponen el dinero en plazo fijo duplican su capital, cosa que no es así a la larga; pero salen del ladrillo para ir al plazo fijo y ya después no pueden volver al sector inmobiliario”.
Leer bien los contratos
El secretario de Defensa del Consumidor de la Provincia, Carlos Morello, informó en diálogo con El Tribuno que un “mínimo porcentaje de gente consultaba por los contratos de alquiler, pero en las charlas que dictamos en los barrios surge la cuestión, sobre todo en los últimos meses”.
“Los vecinos empiezan a tener problemas por los aumentos en los alquileres y por las renovaciones, en las que el monto que tienen que pagar pega un salto muy importante, por lo que es una cuestión grave para la economía familiar”, explicó.
En este marco, Morello afirmó que “lo primero que hay que tener en cuenta cuando se firman contratos de locación, como con cualquier contrato, es leer bien y estar de acuerdo con todas y cada una de las cláusulas”.
“Una de las cosas que no hay que dejar pasar es el estado del inmueble: si en el contrato dice que se está alquilando un lugar absolutamente nuevo, con una cocina recién comprada, con un calefón impecable, y uno ve que no es así, no se debe firmar el contrato porque después cuando termine el plazo del alquiler va a tener que devolver las cosas en las condiciones que decía el documento, por lo tanto hay que tomarse un momento para revisar todo el inmueble para ver bien cómo están todos los artefactos”, advirtió el funcionario.
También aclaró que “el locador no puede obligar al locatario a pagar actualizaciones ni anticipos que no estén en el contrato”, y que “se debe tener en cuenta que los depósitos de garantías te los tienen que devolver cuando termina el plazo del alquiler, siempre y cuando se devuelva el inmueble en condiciones”.
“Ante cualquier duda, la Secretaría de Defensa del Consumidor está abierta para que los vecinos vayan y consulten así los guiamos previamente a la firma del contrato, para evitar problemas”, cerró Morello.