Fuentes de Gendarmería Nacional confirmaron que en la mañana de ayer fortuitamente una patrulla de la fuerza halló al sargento ayudante Juan Domingo Santeyana, efectivo de Gendarmería Nacional que se encontraba en calidad de desaparecido desde hace casi siete meses.
Decenas de notas periodísticas en distintos medios y en las redes sociales durante todo ese tiempo solicitaban datos sobre su paradero.
La misteriosa desaparición fue consecuente con otro misterio más grande aún, su aparición sano y salvo en una ruta del departamento Anta.
El sargento ayudante fue conducido por orden de la Justicia en concordancia con la superioridad de la fuerza a una sede federal de la localidad de Las Lajitas.
La denuncia de su desaparición había sido realizada por Sofía Barraza en la comisaría 17 del barrio Solidaridad, en la que expresó que su esposo se encontraba desaparecido desde el 4 de febrero de este año. La mujer precisó que Santeyana había ido a trabajar y no había regresado a su domicilio, por lo que tomó intervención la Policía de la Provincia de Salta.
El pasado 12 de agosto la Fiscalía Penal 6 del Ministerio Público de la Provincia planteó su incompetencia material a favor de la Justicia Federal, en el entendimiento que la desaparición estaba vinculada a la condición de gendarme de Santeyana .
Por.ello, se abocó a la investigación el Área de Delitos Complejos de Unidad Fiscal Federal, a cargo de Ricardo Toranzos, quien ya había abierto un legajo, meses atrás, porque el jefe de la Agrupación VII "Salta" de Gendarmería Nacional, comandante mayor Pablo Gijena, dio aviso que desde el 5 de febrero del corriente año el sargento Santeyana se encontraba ausente sin causa justificada.
Consecuentemente, se comisionó a personal del Centro de Reunión de Información "Salta" de Gendarmería Nacional para que profundice la investigación. Ellos tomaron contacto con Barraza, quien relató lo ocurrido hasta que realizó la denuncia el 4 de febrero. El 5 de ese mismo mes se informó que Santeyana se encontraba en un hotel ubicado en la ruta provincial 26, conforme lo indicaba la ubicación brindada por el GPS de su celular, constituyéndose en el lugar personal de la fuerza, sin lograr encontrarlo.
Desde ese momento hubo una especie de silencio de radio. En función de ello se realizaron distintas tareas tendientes a dar con el paradero del nombrado, tales como entrevistas con familiares, amigos y compañeros de trabajo, quienes fueron coincidentes al indicar que desconocían dónde podría hallarse, pero que este siempre expresó que si no quería que lo encontraran se iría al campo, aunque nunca señaló los motivos que lo podían alejar de la fuerza a la que pertenecía.
Paralelamente se efectuó un seguimiento a través de las cámaras de seguridad instaladas en la ciudad de Salta; se solicitaron los movimientos bancarios y de tarjetas de crédito a su nombre y se analizó su línea telefónica, su cuenta de gmail y redes sociales.
Ayer a las 9.30 personal de la fuerza halló al gendarme deambulando por la banquina de la ruta provincial 5.
No se sabe cómo lo reconocieron, ya que el gendarme buscado presentaba un aspecto extraño tal cual lo conocieron durante décadas.
El caso tiene muchos misterios, en especial por el largo tiempo transcurrido desde su desaparición.
Santeyana fue revisado en el hospital de Las Lajitas. Trascendió que no habla. Lo único que dijo hasta el momento es que se llama Juan y que estaba en una finca y se iba caminando hacia el norte para llevarle unas semillas a su papá.
Santeyana va a quedar en la dependencia de Gendarmería en Las Lajitas donde se le brindará contención y asistencia psicológica.
El misterio no fue develado aún.