En la madrugada del 29 de diciembre, un joven de 21 años resultó gravemente herido a la salida de un boliche de la zona de la Terminal, tras recibir fuertes golpes de un futbolista de las inferiores de Boca.
El agresor sería Luciano Giménez Alanda, de 18 años, quien hasta hace muy poco era una promesa para el fútbol nacional, pero el último fin de semana del año pasado se lo vio envuelto en una salvaje golpiza en el que él sería el protagonista. La víctima, Nicolás Guardia, resultó con un coagulo en el hígado, fractura en una costilla y hemorragia interna, con lo cual se puso en riesgo su vida.
Luciano Giménez, a futbolista acusado.
Por este hecho, la Fiscalía Penal 4, a cargo de Gabriela Dávalos, imputó al futbolista por el delito de lesiones graves en perjuicio de Guardia.
Según informaron desde el Ministerio Público Fiscal, la víctima se encontraba en las afueras de un boliche bailable cuando fue agredido por el acusado que estaba junto a otros hombres.
El acusado permaneció prófugo varios días y fue aprehendido el pasado viernes. Tras la imputación por el delito de lesiones graves, se solicitó el mantenimiento de su detención.
"Mi hijo está en terapia intensiva. No es camorrero, no anda en la pelea, sale de vez en cuando. Lo agarraron esos chicos, reconocieron al que lo mató a patadas, que le causó un hematoma gravísimo en el hígado”, dijo la madre de Guardia en dialogó con el sitio DNI, en la puerta del hospital San Bernardo, quien además aseguró que los jóvenes se conocen desde que eran niños.
En su declaración, Giménez Alanda reconoció haberse cruzado con la víctima esa madrugada y dio su versión de los hechos, en presencia de su abogado defensor.