Nueve de cada diez personas trans participantes del informe difundido en el Día Internacional del Orgullo LGTBIQ+ asevera que vive o vivió alguna situación de violencia o discriminación y el 16% dice estar viviéndolas actualmente, entre ellas se destacan quienes viven solas.
Esto se da en casi todos los ámbitos en los que se mueven y se destaca sobre todo el espacio público (66,8%) y, en segundo lugar, el hogar (35%). Quienes padecen estas situaciones de violencia o discriminación en el hogar son menores de 30 años, que viven en pareja y comparten la jefatura del hogar.
Dentro del ámbito familiar, esas situaciones suelen ser ejercidas por familiares varones, mientras que en la vía pública la sufren indistintamente por varones o mujeres. Entre las experiencias que reconocen haber vivido destacan las referidas a violencia verbal vinculadas a su apariencia física, las que casi todas las personas trans experimentaron en algún momento.
Estos datos se desprenden del informe a cargo de la Asociación Ciudadana por los Derechos Humanos (ACDH), realizado con el apoyo del Fondo Fiduciario de la ONU para eliminar la violencia contra las mujeres, e incluye los resultados de una investigación realizada entre diciembre 2022 y febrero 2023 en contexto del proyecto “Maravilla de Mujeres contra la Violencia”, que tuvo el objetivo de acceder a información de base sobre la situación de violencia de género contra mujeres migrantes, trans y con discapacidad que residen en Argentina.
Los resultados de la investigación permitieron la recolección de información tanto cuantitativa como cualitativa sobre los diferentes tipos de violencias a las que están y estuvieron expuestas; las formas en las que se manifiestan esas violencias y las actitudes para enfrentarlas.
El objetivo general del estudio es acceder a información de base sobre la situación de violencia de género contra mujeres migrantes, trans y con discapacidad en Argentina para “generar insumos para el diseño y ejecución de programas estratégicos de prevención”, detalla el informe cuyo diseño y ejecución del trabajo de campo contó con el apoyo de las organizaciones involucradas y de referentes de cada uno de los colectivos como la Asociación Civil de Derechos Humanos Mujeres Unidas Migrantes y Refugiadas en Argentina (AMUMRA), Asociación de Travestis Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA), Asociación Polio- Postpolio Argentina (APPA), la Secretaria de Discapacidad de la CTA y la Red de Mujeres para la Justicia.
Además, el trabajo tiene como objetivos específicos dar cuenta de las violencias más frecuentes que viven estas poblaciones, conocer los ámbitos en los que suceden las situaciones de violencia y el tipo de personas que la ejercen como así distinguir las diferentes estrategias para responder a las situaciones de violencia: denuncias, redes de apoyo, etc.
La muestra total fue de 300 distribuidos casos: 100 mujeres migrantes; 100 mujeres con discapacidad y 100 casos de población trans. De estas, el 34% habita en el Gran Buenos Aires, el 26 en la Ciudad y el 11.2% en el resto de la Provincia, mientras que el resto se distribuye en el resto del país.
Respecto a la selección de la muestra de las personas trans, se tomó como referencia la distribución geográfica de personas que realizaron cambios de identidad de género autopercibido de RENAPER y los datos reflejan el cambio de identidad de género autopercibido por provincia en 2020: Buenos Aires, 31,6%; CABA, 11,6%; Santa Fe, 9,2%; Córdoba, 8,8% y Salta, 5,4%, entre las cinco primeras.
En cuanto al perfil sociodemográfico, cerca del 70% de las personas trans entrevistadas son mujeres trans y 7 de cada diez tiene menos de 40 años. La mitad de ellas tiene nivel secundario completo y un 44% no lo terminó y cuatro tienen nivel universitario completo.
En tanto a su perfil laboral, el 71,1% está trabajando y entre ellas, el 75,7% asegura tener un trabajo inestable (46,2%) o no registrado (29,5%). Entre quienes tienen un trabajo estable, la mayoría tienen 40 años o más, relaciones estables y son principales sostenes de sus hogares. En tanto, el 21,4 % está en búsqueda activa de trabajo estable.
Respecto al perfil familiar, sólo el 14,5% está en una relación de pareja estable y la mayoría es principal sostén económico de su hogar (41,5%) mientras que el 36,6% tiene la jefatura del hogar compartida con su pareja y en un 9% de los casos esa tarea recae en el cónyuge.
El 98.7% de las personas trans que participaron del informe asegura haber padecido un tipo de violencia o discriminación. El 71,3 dijo haberla vivido en el pasado, el 16,2% en el presente y el 11,1% asegura haberla vivido y que continúa padeciéndola.
Entre las situaciones que reconocen haber vivido destacan las referidas a violencia verbal vinculadas a su apariencia física (77% lo experimentaron) como así también expresiones de violencia y discriminación, aunque en menor medida, están referidas a agresiones físicas (el 29.2% dijo “alguien intentó agredirme físicamente”) y los intentos de toqueteos o besos sin consentimiento mientras que otras aseguraron haber sido golpeadas (12,8%).
Ante esas situaciones, sólo el 9.2% hizo alguna denuncia, sobre todo porque creen que su problema no será considerado grave (61.9%) o que será una pérdida de tiempo hacerla (24.7%) y, en menor medida, porque optaron por mantener su privacidad (22.5%).
Quienes sí la hicieron, aseguran que fueron a la Comisaría y, con menor frecuencia, la Fiscalía de Violencia de Genero y el INADI (20%, 13% y 6%, respectivamente). De 30 personas que denunciaron, a 13 le tomaron la denuncia y las asesoraron sobre los pasos y procedimientos a seguir, a 8 sólo le tomaron la denuncia y a 4 no las quisieron atender.
En ese momento, el trato recibido suele ser calificado como “regular” (24.9%) y casi la mitad que realizó alguna denuncia indica que no tuvo ningún efecto o consecuencia, ni positivo ni negativo (33.8%): de las quince que afirmaron haber sufrido agresiones sexuales, diez realizaron alguna denuncia (ocho en la comisaría y tres, además, en la Fiscalía de Violencia de Género, donde recibieron asesoramiento sobre la continuidad del procedimiento).
Entre quienes quienes afirmaron haber sufrido agresiones sexuales, las que no denunciaron no lo hicieron porque temían represalias (20.4%), creían que no lo iban a considerar grave y quisieron mantener su privacidad; y la mayor parte que no asistieron a denunciar institucionalmente buscó soporte con personas cercanas.
El 95% de las personas trans entrevistadas manifiesta haber sentido violencia o discriminación por su expresión o identidad de género y asegura que otra de las situaciones vividas con frecuencia es la de ser llamadas por el nombre o género que no es el autopercibido, sobre todo entre quienes tienen más de 40 años.
Un tercio de ellas, manifestó haber sufrido violencia por parte de las fuerzas de seguridad, ya sea en la vía pública (12%) o en la comisaría (11,5%). Al igual de lo que sucede con las situaciones de violencia en general, en estos casos la denuncia institucional tampoco es una opción a la que recurren con frecuencia, principalmente porque consideran que no le van a prestar atención a su denuncia y que, por lo tanto, es una pérdida de tiempo.
Esta idea muestra cierto correlato con la realidad si se toma en cuenta que en 13 de los 20 casos, se indicó que la denuncia no tuvo ningún efecto o consecuencia. Por esto, la mayor parte de quienes respondieron considera que tienen más posibilidades de sufrir situaciones de violencia y discriminación que el resto de población debido a su orientación o identidad de género.