El empleo se congeló en Salta, mientras se sumaron unos 6.000 nuevos desocupados en los últimos doce meses. La crisis económica tuvo su reflejo en los datos del mercado laboral que dio a conocer ayer el Indec.

La desocupación en esta jurisdicción volvió a los dos dígitos después de varios años y se ubicó en 10% para el segundo trimestre de 2018, por arriba del promedio nacional de 9,6%.

Para Salta, el incremento fue de 2,1 puntos porcentuales, ya que en el mismo período del año pasado, el organismo estadístico había informado una tasa de desempleo de 7,9%. Fue el salto más marcado en el NOA, donde hubo jurisdicciones como Jujuy, Santiago del Estero, Catamarca y La Rioja en las que bajó ese indicador.

Entre abril y julio del 2017 eran 22.000 los salteños que buscaban un puesto remunerado y en el mismo lapso de este año, llegaron a 28.000, uno de los números más altos de los últimos años.

El Indec, por cierto, solo releva la capital salteña y localidades aledañas.

A nivel nacional, el alza en la desocupación fue más moderada, pasó del 8,7 al 9,6%. En el NOA, en tanto, la escalada marcó de 6,9 a 7,6%.

En los últimos meses, gremios y referentes del sector privado encendieron alarmas sobre un quiebre en el entramado laboral.

Menos negocios

La Cámara de Comercio e Industria, a través de un relevamiento, detectó el cierre de más de 400 locales en julio. La contracción en el consumo interno más la presión impositiva desalentó la generación de nuevos puestos. La dura coyuntura, definida por el Gobierno nacional como una "tormenta", aceleró la inflación, pero según aseguraron los empresarios el traslado a los precios no fue lineal, por lo que perdieron parte de rentabilidad. La escalada del dólar también impactó en el torbellino económico.

Un dato oficial preocupa. Unas 255.000 personas tenían una ocupación en 2017. Como si se hubiera detenido el tiempo, o perdido un año, el Indec precisó que en Salta en el segundo trimestre de 2018 seguían en 255.000 los ocupados, pese al incremento de la Población Económicamente Activa (283.000 contra 277.000, unos 6.000 más).

La tasa de empleo tuvo una leve contracción: del 41,7 al 41,1%. En el NOA, el comportamiento fue similar, del 40,6 al 40,3%.

Un capítulo aparte en el análisis merece un sector de los trabajadores que no están conformes con su trabajo y buscan otro para obtener más ingresos o mejores condiciones laborales. En cantidades, son más del doble que los desocupados, ya que ascienden a 65.000.

En comparación con el año pasado, hubo una reducción de mil, ya que eran 66.000. El informe no da explicaciones, pero se puede presumir que incidió el sombrío panorama sobre el mercado laboral, que aplacó expectativas de nuevos empleos.

También hubo una caída entre las personas que trabajan menos de seis horas por jornada. La subocupación salteña se redujo de 14,8 a 14,1%, siempre en comparación interanual. En términos reales, hay mil subocupados menos. El descenso fue de 41.000 a 40.000.

Changas

La crisis en el mercado laboral, que cerró las puertas a miles de salteños, muestra otro indicador. La informalidad laboral se redujo de 44,9 a 43,4%. Puede ser un resultado positivo, pero también puede leerse como un impacto negativo en las changas, que son los empleos que primero se derrumban ante un cimbronazo económico. Esto cobra fuerza si se tiene en cuenta que el empleo no creció.

El trabajo en negro, no obstante, sigue elevado si se lo compara con la media nacional, que terminó en 34,3%, son 9,1 puntos porcentuales de diferencia. Salta siempre estuvo entre las primeras provincias con mayor informalidad pero esta vez no fue así.

En el NOA, Santiago del Estero (46,2%) y Tucumán (45,9%) superan la tasa de irregularidad laboral. El promedio regional se fijó en 24,6%. Salta tiene el tercer lugar en el NOA

Las mujeres jóvenes, por otra parte, son las más afectadas por la falta de oportunidades laborales. En las menores de 29 años, la desocupación asciende a 24,3%%, más del doble del promedio para Salta que es de 10%.

Históricamente, y pese a las nuevas políticas de género, no se logró revertir esa desfavorable realidad para las salteñas que buscan un empleo pero no lo consiguen, lo que limita sus posibilidades de desarrollo.

Los varones menores de 29 años, en tanto, también tienen una elevada tasa de desempleo, aunque más bajas que sus pares mujeres. En este caso el indicador fue de 19,2%.

En Salta, solo dos de cada diez personas en edad de trabajar tienen título universitario o terciario. Casi el 60% llega a esas instancias solo con el secundario, aunque aún es alta la cantidad de personas que no acreditan haberlo terminado.

Otro 20 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), que para el segundo trimestre en Salta fue de 283.000, cursó estudios universitarios o terciarios pero no se recibió.

En el NOA, por cierto, se da una curiosidad con algunas provincias. En Jujuy la desocupación se redujo de 7,4% a 5,9% y más significativo fue el caso de La Rioja, de 4,3 a 2,3%.