Poseído por los celos, uno de ellos fue a buscar al compañero de trabajo de su ex mujer convencido de que fue la razón por la cual la relación con su pareja se disolvió. Todo terminó a las trompadas, amenazas, denuncias y un viaje inesperado.

La disputa es de la larga data, sin embargo, las secuelas todavía se hacen sentir, pues el martes pasado se radicó una nueva denuncia en torno a este escándalo entre una pareja, ahora separados, y un tercero en cuestión, todos profesionales de la salud.

Según lo averiguado por este medio, todo se gestó tras el rompimiento matrimonial de una pareja de médicos, hace dos meses. Él es un pediatra conocido en el ámbito provincial, mientras que ella, con especialidad en ginecología y obstetricia, se desempeña en un conocido centro de reproducción humana asistida.

La pareja, de 37 y 38 años respectivamente, desando una relación de nueve años con dos hijos. Los cónyuges siempre se mostraron como una pareja muy normal, sin embargo, no todo era así. Y así lo hizo saber ella, quien aseguró que hace dos meses se separó porque ya no aguantaba más las escenas de celos de su marido, quien había llegado al punto de ejercer control en su lugar de trabajo, donde el esposo tenía mal visto a la figura principal del equipo médico: otro profesional especialista en reproducción humana.

Tanto es así que formalizada la separación, el pediatra despechado cargó toda la culpa del rompimiento a su colega, a quien finalmente decidió ir a buscar para darle su merecido por “meterse” óon su mujer, pues está convencido de que le robo el amor de su ahora ex esposa.

Fuera de sí, el 7 de junio pasado a eso de las 18, el pediatra llamó a la puerta del departamento del especialista en reproducción. Cuando este abrió la puerta recibió una trompada en el rostro a la vez que lo amenazaba y preguntaba a los gritos: “Te voy a matar, qué haces con mi esposa vos”.

En ese torbellino de golpes, la visita rápida de médico siguió con el destrozo de una computadora y un televisor de la casa de su colega, quien como pudo lo sacó a empujones a la calle, donde el escándalo fue aún mayor, pues el visitante siguió con los gritos de reclamo contra el especialista por haberse “metido” hasta destruir su relación de pareja.

Solo a través de la intervención de los vecinos y transeúntes, lograron separarse, uno volvió a su casa y el otro rumbo a la comisaría Primera, donde denunció a su colega por los golpes recibidos, siendo su rostro ensangrentado las evidentes pruebas del tenor de la disputa.

Dicen que para darle un poco de paz, los amigos del pediatra y evitar el asedio de la justicia que ya se presumía, decidieron llevárselo en un viaje repentino a Brasilpara que disfrute de la Copa América.