Si bien la gran mayoría de los salteños y salteñas (80.4%) no justifica bajo ninguna circunstancia la violencia física hacia las mujeres, aún hay un sector de la población que abiertamente piensa que bajo ciertas circunstancias la mujer merece ser golpeada (casi un 16%). Esto demuestra que la cultura machista en Salta sigue arraigada en la población y lo más preocupante es que, entre los varones más jóvenes, se justifica este accionar.

Así lo muestra la primera encuesta sobre violencia contra las mujeres en Salta, realizada en conjunto entre la Universidad Nacional de Salta, la Multisectorial de Mujeres y la Cooperativa de comunicación Coyuyo, en el marco del proyecto de Extensión “Violencia de Género”, que fue financiado por la Secretaría de Políticas Universitarias.

Este dato, entre varios de los que disparó este informe, encienden un alerta social: la violencia machista aún tiene raíces fuertes en la sociedad salteña.

Notoriamente en la encuesta se preguntó si hay circunstancias en las que las mujeres merecen un correctivo y cuáles serían esas situaciones. Casi un 16% de la población encuestada justificó la violencia física y una de las circunstancias que tuvo mayor adhesión fue en caso de infidelidad de las mujeres,

Un importante porcentaje de los varones más jóvenes de entre 15 y 24 años justificó este accionar, identificándose así el comportamiento con la población más grande. El informe aquí hace una salvedad: los mayores de 60 años crecieron en un contexto cultural sustancialmente diferente en cuanto a los roles de género, entonces era de esperarse que entre los más jóvenes, tal vez formados bajo flujos más igualitarios, tuvieran otros resultados.

Pero el resultado obtenido hace “un llamado de atención y un gran reto para el sistema educativo, para los medios y para las familias salteñas”.

Por otra parte, el informe muestra que la violencia de género no está entre sus preocupaciones prioritarias.

Pese a que más de la mitad de los salteños y salteñas (53,1%)  conoce algún caso cercano de violencia y afirmó que las noticias de femicidios fueron unas de las problemáticas que más les preocupó en los últimos meses, paradójicamente, la violencia de género no aparece como un problema neurálgico en la agenda salteña; solo un 6,4% piensa que lo es.  

Asimismo, el 37.3% de los encuestados entendieron que esta violencia es una manifestación de la cultura machista. Pero otro gran porcentaje de la población se reparte entre distintos justificativos que  desligan a la cultura patriarcal de esta problemática y ponen las causas en la pobreza, la provocación de las mujeres y el alcohol, por ejemplo.

La presentación de esta encuesta se realizó ayer, en el centro de la ciudad. Marta César, representante de la Multisectorial de Mujeres, abrió esta conferencia, resaltando el valor de esta investigación para la sociedad y los medios de comunicación.

“Creo que estamos entrando a la cuarta ola del feminismo. Las mujeres volvemos a ser las sujetas sociales visibles para el resto de la sociedad y para los medios hegemónicos, porque estuvimos invisibilizadas durante muchísimo tiempo y hoy por esta fuerza, por esta lucha de unidad de las mujeres en general hemos logrados, no solo que por séptima vez ingrese el proyecto de interrupción voluntaria de embarazo al congreso, sino también que se comience a hablar sobre el feminismo”, manifestó César luego de cuestionar las políticas neoliberales del gobierno de Mauricio Macri, las que profundizan la desigualdad no solo entre géneros, sino entre distintos sectores de la sociedad, según advirtió.   

El resumen de algunos datos importantes del informe estuvo a cargo del investigador de la UNSa, Marcelo Ibarra y de Martín Van Dam, coordinador del proyecto. Ambos explicaron, además, que esta encuesta es una primera parte de un proyecto que no solo busca obtener un diagnóstico cuanti y cualitativo sobre las raíces más profundas de la violencia machista, sino que también realizará, en una segunda parte, una campaña de concientización e información basada en los resultados de este trabajo académico.

Fuente: La Gaceta