Una linda historia para escapar de la rutina. Pablo Britos es un niño de 4 años que sueña con conducir un tren. Su papá es ferroviario en la estación de Güemes, por eso, desde muy chiquito comenzaron a gustarle las máquinas, los vagones.
Fernanda, la mamá de Pablo, cuenta que “cuando él era muy chiquito, antes de cumplir los dos años, estábamos en Chile y vio un tren azul y lo quería, se lo compramos y ahora ya tiene cuatro trenes. Encontramos un lugar que vendía las réplicas de los trenes argentinos en miniaturas y le empezamos a comprar para jugar. Antes de ir a una plaza él prefiere ir a una pasarela por donde pasan los trenes por abajo, ver los vagones, las vías”.
El papá de Pablo trabaja hace 11 años como ferroviario, al igual que lo hicieron su abuelo y su tatarabuelo. “Su papa lo lleva de tarde, lo sube a la máquina y lo lleva de un lado a otro. Ellos festejan el día del niño en el predio de los ferroviarios y antes de ir al pelotero, él va a ver los trenes. Cuando le preguntamos de qué quería su cumpleaños, dijo de trenes y quería la ropa del trabajo de su papá. Compramos una remera y chalecos azules y le hicimos estampar la ropa”.