Un grupo de vendedores de pirotecnia se manifestó ayer al mediodía en el Centro Cívico Municipal (CCM) reclamando a la nueva administración que tome una decisión respecto de las habilitaciones temporales para la venta de cohetes por las fiestas de fin de año.

El tema es que desde marzo pasado comenzó a regir en la ciudad la ordenanza de pirotecnia sonora cero. Esta iniciativa surgió como una ordenanza ad referéndum impulsada por el entonces intendente Gustavo Sáenz y luego fue ratificada por el Concejo Deliberante.

El tema es que hasta ahora la ordenanza no fue reglamentada y, al aproximarse las fiestas de fin de año, comenzaron a surgir dudas y cuestionamientos sobre distintos articulados.

"La ordenanza tiene fallas. En un momento habla de que nadie puede vender y luego habla de limitar. Además, habla de sonoridad cero, cuando eso es imposible si hablamos de pirotecnia", señaló ayer una de las manifestantes.

Un grupo de personas que fue al CCM mantuvo una reunión con el flamante secretario de Protección Ciudadana, Nicolás Kripper, quien los escuchó y receptó todas las inquietudes.

El problema que se generó por la falta de reglamentación es que aún no se estableció, con claridad, cuánto va a ser el nivel de ruido que podrá tener la pirotecnia que se podrá vender, ya que ninguna es no sonora.

Otro de los puntos que establece la ordenanza es que no se pueden habilitar locales temporales de venta de cohetes, como los que surgían todos los años para esta época, sino que solo se habilitan locales permanentes, que lleven adelante la actividad todo el año.

"El problema es que no están habilitando a nadie, ni permanente ni temporario", contó una mujer que hace 8 años tiene un local permanente.

Lo que señalaban los vendedores es que al no dejar habilitar locales temporarios, muchas personas no podrán trabajar este año. "El año pasado se habilitaron 230 locales temporarios. Eso implica que en cada local trabajen cinco personas, más los trabajadores indirectos que intervienen en los arreglos del local, electricidad, folletería. Es mucho lo que se pierde", afirmaron.