Acaba de cumplir 20 años pero su vida se derrumbó a comienzos del año pasado cuando al salir del boliche tartagalense Maracatú recibió una golpiza tan brutal que le dejó secuelas permanentes, entre ellas un daño neurológico irreparable. Si bien pocos pensaban que podría sobrevivir porque estuvo internado en grave estado durante varios meses en cuidados intensivos, Joel Denis Paredes pudo superar el riesgo de vida pero aún permanece hospitalizado, sin poder valerse por sus propios medios y necesita la asistencia de una enfermera en forma permanente.
Hasta ahora, esa asistencia, aunque no profesional, se la brindaba su madre a quien -en una desgracia que parece no tener fin- hace poco le diagnosticaron un cáncer avanzado.
Ahora ambos están internados en la misma habitación en el hospital Juan Domingo Perón de Tartagal, ayudados, en la medida que pueden, por sus familiares.
Pero la última información terminó de devastarlos cuando desde la Anses le informaron que el organismo no puede seguir abonándole un subsidio por discapacidad que su madre le había gestionado a Joel. "No puede ir a firmar; ya nos dijeron que tiene que ir él personalmente pero en el estado en que se encuentra no se puede mover; una enfermera lo debe higienizar porque no puede hacer sus necesidades por sí solo y necesita pañalines en forma diaria. Esa era la única ayuda económica que tenía y ahora se quedó sin nada", aseguró Juan Esper, un primo del joven, que pasa sus días en el hospital prácticamente postrado, al lado de su madre también muy enferma.
Toda una vida frustrada
Juan, uno de sus primos, asiste a Joel en la medida que su trabajo se lo permite.
Recordó: "El año pasado fue a bailar y lo golpearon terriblemente. Nunca se supo si fue la seguridad del boliche o fue agredido afuera por una patota. La Justicia dice que está en proceso de averiguar pero no hay detenidos ni responsables. Lo real es que tras la golpiza y por la gravedad, lo llevaron a Salta".
"Desde allá nos decían que no tenía muchas esperanzas de vida y que había que esperar lo peor, por los golpes que había recibido especialmente en la columna, en la cabeza y en otros órganos vitales. Era tan grave su estado que nos dijeron que lo trajéramos a Tartagal porque no había mucho más para hacer; pero, milagrosamente, en el hospital Perón, donde le dieron y le siguen dando una excelente atención, comenzó a recuperarse, quizás también porque tiene solo 20 años y mantenía una vida sana", detalló su primo.
Lo cierto es que el chico estuvo internado en el servicio de cuidados intensivos en el hospital local, pero con el paso de las semanas logró cierta recuperación, por lo que fue alojado en una sala común, si bien no puede caminar ni movilizarse. "Notamos que de a poquito se va recuperando; quizá por tantos cuidados que le dio Faride, su mamá. Pero, lamentablemente, ella padece un cáncer muy avanzado, así que las autoridades del hospital decidieron internarlos juntos. Está medicada en forma permanente pero a veces siente que los medicamentos para el dolor ya no le hacen efecto", amplió su explicación Juan Esper.
“Pedimos que Anses entienda la gravedad de este caso”
Al parecer, entre la atención de su hijo y su enfermedad, la mamá de Joel no pudo presentar a tiempo un certificado “y le cortaron la pensión de discapacidad que le estaban dando”.
“Fuimos muchas veces a la Anses y creo que la gente de esa oficina no se da cuenta de la verdadera situación, porque exigen que Joel vaya personalmente a realizar el trámite. Como no pudo ir le cortaron ese único beneficio que tenía”, dijo Juan.
Y agregó: “Joel tiene su papá, que trabaja reparando heladeras; nosotros, como familiares, tratamos de ayudar en lo que podemos. Pero tanto él como su mamá necesitan por lo menos 10 pañalines por día y disponer de algún dinero para comprar lo mínimo que necesitan, ahora que los dos están internados. Lo único que pedimos es que las autoridades de la Anses revean la situación de este chico y de su madre y le vuelvan a dar esa ayuda económica”.
Juan explicó: “Necesitamos al menos 10 pañales descartables por día, gasa, algodón, hipoglós u otra pomada para evitar que por permanecer tanto tiempo acostado y sin movimiento se le produzcan lesiones en la piel. También necesitamos un colchón y una almohada de agua para evitar las escaras”.
“Recurrimos a la solidaridad de la gente por si alguien nos puede donar esos elementos pero, sobre todo, queremos que la Anses entienda que es imposible que Joel haga un trámite en forma personal y que es obvio que necesita esa ayuda económica. En el hospital Perón los atienden muy bien y hacen todo lo que pueden, pero también necesitamos que la comunidad nos dé una mano”, concluyó Juan, el primo de Joel.
Fuente: Informate Salta