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“Luis Miguel, la serie”: las claves de la segunda temporada de la biopic sobre la vida del cantante mexicano

“Luis Miguel, la serie”: las claves de la segunda temporada de la biopic sobre la vida del cantante mexicano

Con episodios semanales que se podrán ver en Netflix todos los domingos a las 21, la ficción sobre la historia de El Sol de México regresa con un combo que no falla: dramas personales, el lado oscuro de la fama y la soledad. Los tres pilares que conforman el lado B de la vida de Luismi (ATENCIÓN SPOILERS)

El estreno de Luis Miguel, la serie es uno de los más esperados desde que se anunció hace unos meses su regreso. La plataforma acaba de estrenar los dos primeros episodios de la segunda temporada que promete ir por más tramas desconocidas por los fans. Todos sus dramas se irán combinando con sus hits más destacados y, en algunos casos, conoceremos el origen de cada uno de ellos. Porque hasta el más distraído escuchó algún tema de Luis Miguel y puede recrear las coreografías que acompañan las canciones.

Yo sé que volverás cuando amanezca…” reza uno de los boleros que Luismi incluyó en su segundo disco de Romances y casi parece un reflejo de la historia trágica de su vida. La ausencia desde hace décadas de su mamá, Marcela Basteri, luego de que desapareciera de un día para el otro, fue uno de los ejes centrales de la primera temporada y encuentra su continuación en esta segunda entrega que acaba de estrenarse en Netflix.

“¿Dónde está mi mamá?”, grita desesperadamente el personaje encarnado por Diego Boneta, olvidándose de toda su fama, su éxito, sus millones, las mujeres que lo siguen y lo aman. Porque su único objetivo es encontrar a su madre. Su deseo más intrínseco y profundo. Una pérdida que le quema el corazón y no lo deja avanzar y opaca cada uno de sus logros. ¿Cómo poder disfrutar de las ganancias que da su carrera sin la persona que más ama en la vida? Ni todos los dólares, ni los mejores autos, ni las señoritas más bellas, ni ningún viaje podrán nunca llenar ese vacío. Y el espectador comparte y empatiza con esa falta y se suma al universo del hombre detrás de la estrella que nos presenta la ficción nuevamente.

Luis Miguel con su madre, Marcela Basteri (Foto: Archivo)

Luis Miguel con su madre, Marcela Basteri (Foto: Archivo)

Los dos primeros episodios de Luis Miguel, la serie son presentados como una continuación sin la pausa de dos años reales que hubo entre estas dos temporadas. La historia había terminado con la muerte de Luisito Rey (Oscar Jaenada), papá del cantante, y ahora retoma luego de ese hecho. Erika, su novia (Camila Sodi) acompaña sin lograr poder acoplarse al dolor de Luis Miguel que se encuentra inmerso nuevamente en la obsesión por encontrar con vida a su madre. Una búsqueda que no le permite ser feliz ni armar su propio camino. La pérdida de su mamá como un desprendimiento de parte de su corazón. Luis Miguel, el ídolo versus el hombre que no para de sufrir.

A los ojos del espectador resulta un tanto repetitivo esta pesquisa incansable de Marcela que sabemos lleva a puntos ciegos. La contratación de un agente del MOSSAD (“Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales de Israel”) es un ejemplo más del empeño inimaginable del cantante por encontrar algún rastro de Basteri.

En estos primeros episodios toman fuerza el tío Mario “Tito” Gallego (Martín Bello) que es interpelado por Luis Miguel (hasta llegar a los golpes) para que le informe qué le hicieron a su madre, y también la abuela paterna del cantante que quiere quedarse con la custodia de Sergio, el hermano menor de Luismi. El pequeño también heredero de una voz perfecta, se convierte en el botín de esta abuela que ve una forma de crear un nuevo artista en la familia como hicieron con Micky. ¿Cómo podría permitir Luis Miguel que se repitiera su historia? Así, con ayuda de otro hermano Alejandro (Juan Pablo Zurita), deciden rescatar al menor para que nadie de los Gallego haga más daño.

Diego Boneta y Camila Sodi en la escena del beso entre Luis Miguel y Erika.

Diego Boneta y Camila Sodi en la escena del beso entre Luis Miguel y Erika.

Luis Miguel, la serie deambula por esta parte de la vida del cantante que tal vez conocíamos muy poco. En una época sin redes sociales y noticias que llegaban con demora, la historia detrás de las estrellas no eran muy conocidas. Tal vez por eso genere tanto apasionamiento esta serie en un público que siguió de cerca su carrera artística más que la personal. Y es entonces cuando esta producción se convierte en una especie de culebrón mexicano, como aquellos transmitidos en la TV de los ’80, con malos al borde de ser villanos y buenazos de corazón a quienes el mundo engañaba.

Diego Boneta, el actor que le da vida al cantante, afirmó durante la premiere del viernes 16 de abril, que se reunió varias veces con Luismi y tuvieron charlas muy profundas acerca de sus dramas personales que forman su historia. Muchas de esas cosas que le contó quedarán para siempre guardadas para él con la promesa de no compartirlas en la serie.

Lo que sí veremos en estos nuevos episodios es la construcción del vínculo entre el cantante y su hija Michelle (interpretada por Macarana Achaga, nacida en Mar del Plata), fruto de la relación con Stephanie Salas. La necesidad interna de encontrar a su mamá se antepone como excusa para no asumir su rol de padre. Así surge un nuevo reclamo por parte de su hija que lo conoce cuando tiene ya cinco años, en el momento en que Luis Miguel decide dejar de ser “hijo” para convertirse en un padre presente.

El personaje de Hugo (interpretado por el argentino César Bordón), su representante, que cumplió muchas veces el rol paternal que necesitaba Luis Miguel, es una de las piezas clave en el inicio de esta temporada. Con un cáncer que lo invade, aparece un nuevo personaje que intentará ocupar su lugar: Patricio Robles (Pablo Cruz Guerrero) un joven de familia adinerada que quiere romper su status quo y volcarse al universo de la música. Con estrategias muy oscuras y poco leales, se acercará al mundo de Luismi a paso lento pero seguro.

El incidente de Lima en 2005 cuando explota un artefacto que le termina comprometiendo su audición, es otro de los dramas que es relatado en los dos primeros episodios. Ironías de un cantante, perder parte de su capacidad auditiva, mientras intenta seguir adelante con su vida.

La deuda con el público y sus seguidores es algo que aún no parece en la serie. ¿Disfruta Luis Miguel del contacto con la audiencia en un recital? ¿Está cómodo en ese lugar o los recitales son sólo tenidos en cuenta para generar más y más ganancias? Son reflexiones que cualquier fan que haya ido a algún concierto de Luismi aún se pregunta, pero nada opaca la voz dulce, potente e inigualable del Sol de México. Un hombre con luces y sombras que todavía hoy está intentando ser feliz



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