La Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) coopera con fiscalías federales y organismos de seguridad nacionales y provinciales en la investigación del entramado de los préstamos "gota a gota".

Desde ese organismo del Ministerio Público de la Nación, que tiene como cotitulares a los fiscales Gabriel Pérez Barberá y María Laura Roteta, se reiteraron a El Tribunoalgunas recomendaciones que la sociedad salteña debería tener muy en cuenta.

Los fiscales de la Procelac remarcaron, ante todo, que se trata de una modalidad de usura con las que redes extorsivas ponen en riesgo el patrimonio, la integridad física y hasta la propia vida de los damnificados ante el incumplimiento de las leoninas condiciones de devolución.

Entrega exprés

Los clientes del "gota a gota" suelen ser, generalmente, familias de bajos ingresos o pequeños comerciantes que no tienen acceso a créditos legalmente regulados. Los tomadores reciben el dinero sin necesidad de presentar avales o garantías, prácticamente a sola firma. Sin mayores trámites, el capital otorgado, que puede oscilar entre los $2.000 a los $60.000, se entrega rápidamente, lo que actúa como un incentivo para la persona que tiene necesidad de acceder a esas sumas.

Fuera de la ley

Quienes otorgan este tipo de préstamos actúan al margen de la legalidad, fuera de la órbita del Banco Central de la República Argentina -único organismo encargado de autorizar la intermediación financiera- y cualquier regulación estatal. De este modo, no existen límites a la imposición de condiciones, todo ello en perjuicio del deudor.

Fachada

La totalidad de los casos registrados en el ámbito local tiene como denominador común el ofrecimiento de pequeñas sumas de dinero por parte de vendedores ambulantes de muebles que los entregan en cuotas. Esta actividad y otros negocios de venta al por menor de cristales, espejos, carpinterías, mamparas, cerramientos e incluso comidas actúan como fachadas para el ingreso de la víctima.

Tasas abusivas

La cancelación de los préstamos se pacta en cuotas periódicas que pueden ser diarias, semanales o mensuales y con tasas de interés que, en algunos casos, quintuplican a las oficiales. Los cobros son realizados por los prestamistas y emisarios que se mueven, generalmente en motos.

Publicidad

Los préstamos por "goteo" son ofrecidos por personas o firmas sin más estructura que una dirección de correo electrónico o un número de teléfono. Utilizan como canal habitual de publicidad las redes sociales y, en muchos casos, personas que integran las redes se hacen pasar como clientes "satisfechos" con el servicio financiero recibido.

Violencia

La persona que accede a este tipo de préstamos queda atrapada en un circuito usurero y, ante el incumplimiento de los pagos, la organización despliega una metodología de cobro que incluye hostigamientos, amenazas (con y sin armas) y el uso de violencia física.

Extorsión

Ante la imposibilidad de cancelar el préstamo, la bandas activan mecanismos de coacción que obligan al deudor a "conseguir" nuevos clientes y hasta convertirse en "mulas" obligadas del narcotráfico, como se verificó en más de procedimiento antidroga realizado en Argentina y otros países latinoamericanos a los que bandas colombianas exportaron el "gota a gota", "cobradiario" o "pagadiario", como también se los llama en Medellín, Calí, Lima, Tarija, Quito, el distrito federal de México y otras ciudades de América Latina.

Delitos asociados

Hay indicios de que fondos utilizados en los préstamos "gota a gota" provienen de actividades ilícitas asociadas al narcotráfico y la trata de personas con fines de explotación laboral. Por eso las actuaciones de la Proselac contra las bandas usurarias están a cargo de su Unidad de Investigación de Lavado de Dinero y Financiamiento del Terrorismo.

Fuente: El Tribuno