Milagros Peñalba, la adolescente salteña que se plantó en el Senado de la Nación para defender la legalización del aborto, tuvo gran impacto entre sus pares y los adultos. En las redes su discurso se viralizó y su teléfono celular no paró de sonar desde su exposición en la Cámara Alta.
En diálogo con LA GACETA contó que la llamaron desde distintos medios y, que gracias a su presentación, más adolescentes se acercaron al movimiento que integra, la Coordinadora de Estudiantes secundarios de Salta (Cesal). “Fue genial eso. Fue genial que se involucren y se animen a hablar”, dijo.
Tiene 16 años y con solo siete minutos de exposición y las respuestas a un par de preguntas de senadores logró la atención de legisladores y ciudadanos.
“La idea del ir al Senado era nuestro deseo como coordinadora de estudiantes secundarios. Pero surgió en el Cels de Buenos Aires, que es una organización de estudiantes que abarca a distintos centros de estudiantes de la capital. Ahí habían planteado que vaya alguna compañera de alguna provincia del norte”, comienza el relato la joven.
Milagros llegó a la Cámara Alta por el impulso de otros jóvenes que viven a más de 1600 kilómetros de la provincia y que durante un mes trabajaron para que la adolescente exponga. Acá en Salta, la decisión de que ella viaje fue por votación. “Hablaron con varias personas y nos ayudaron a que quede mi nombre y así fui al Senado y expuse; les compañeres me acompañaron en cada paso que di y también mi familia”, resalta la joven, quien prefiere utilizar un lenguaje inclusivo para hablar de sus pares.
Ante el impacto que tuvieron sus palabras, aclaró: “en el discurso dije cosas que vivo en el día a día. Nada científico. Me reuní con compañeras que habían vividos cosas espantosas para que me cuenten lo que vivieron y después planteamos en qué íbamos hacer énfasis en el discurso y así surgió”.
Ese mismo día, pero horas previas, el médico pediatra Abel Albino también había acaparado la atención de legisladores, ciudadanos y colegas, pero por declaraciones que generaron gran repudio. "Los preservativos no sirven contra el sida", dijo, entre otros dichos que despertaron polémica y rechazo.
“Me dio miedo. Al no recibir educación sexual muchos compañeros no saben lo que es real o no, y siguen esa especie de mito alrededor de la sexualidad, sin tener en cuenta las enfermedades de transmisión sexual y esos mitos son los que luego generan tanta confusión y embarazos no deseados, enfermedades y violaciones sin ser conscientes”, opinó Milagros, quien en el mismo plenario aseguró que nunca recibió educación sexual integral en la escuela y que si una chica queda embarazada terminaba expulsada.
También denunció la persecución y el hostigamiento que ella y sus compañeros del movimiento están sufriendo tras proclamarse a favor del aborto legal. En una entrevista radial, dijo que fue “invitada a retirarse” de su escuela por su militancia. Al día siguiente, la ministra de Educación de Salta, Analía Berruezo, dijo que la estudiante no fue echada del colegio donde asistía. “Desmentimos que Milagros Peñalba haya sido expulsada de la institución a la que asiste e informamos que desde el Ministerio de Educación de Salta garantizamos la continuidad de sus estudios”, publicó la funcionaria en su cuenta de Twitter.
Al respecto, Milagro señaló: “No me sorprende que haya dicho eso, porque siempre nos negó reuniones con la coordinadora. Yo no soy la única perseguida, sino que todos mis compañeros estamos siendo víctimas de todas las arbitrariedades mediante las instituciones”.
No obstante, prefirió no profundizar sobre su escolaridad, ya que se encuentra en proceso de reinsertarse en otra escuela. “No quiero hablar de mi colegio por todo lo que pasó y lo que dijo la ministra; quisiera solucionarlo con mi familia”, apuntó.
La militancia en el feminismo que hoy le trajo algunos problemas habría surgido cuando aún era mucho más joven, según contó. “Surgió debido a que estaba harta. En toda mi infancia mi mamá estuvo sola. Yo viví ese rechazo social por tener una madre sola, entonces eso me hizo ser más consciente de la verdad que pasaba y que había que cambiarlo. Ahí fue mi despertar, debido a mi entorno. A mí me pasó, no podía decir que era feminista porque si no iban a decir que salimos desnudas a las calles, que somos unas asquerosas. Entonces no sabía si declararme o no feminista, hasta que un día dije basta, soy feminista y al que le guste, bien, y al que no, qué pena”, aseguró.
Durante su “despertar”, tal como ella lo dice, Milagros también se fue alejando de creencias religiosas.
“Soy atea. Soy bautizada, hice comunión y confirmación, pero no practico”, aclara y luego resalta: “es más, misioné, fui a procesiones, hasta llegué a ser monaguilla. Creo que para criticar lo que no te gusta lo tenés que conocer bien. Y conozco muy bien lo que estoy criticando”.
Desde ese lugar consideró que “la imposición de la iglesia y su fuerte conexión con el Estado y todas las ideas implantadas de cómo tiene que ser la familia, mamá abogada y papá médico, imponen la heteronormatividad, el machismo y la xenofobia”.
Por último, Milagros se mostró esperanzada y dijo que cree que la ley de interrupción voluntaria de embarazo se va aprobar. “Creo que los hizo sentir conciencia de lo que pasa”, se refirió a su paso por el Senado. “Siento que mostré una cara de Salta que estaba siendo muy oculta, aunque los que tienen el poder en el Senado (en referencia a los legisladores salteños) no quieren aceptar, no quieren ver la problemática que vivimos”, concluyó.
Fuente: La Gaceta