En Buenos Aires se armó un gran revuelo luego de que se conoció que van a expulsar a 2.000 presos extranjeros y los devolverán a sus países de origen. Lo cierto es que en Salta ya comenzó el proceso para aplicar este sistema, aunque no servirá de mucho para descomprimir las cárceles locales.
"Estamos iniciando el estudio del tema, para ver si es factible. El número no va a impactar en lo que es la población carcelaria de Salta. Con el subsecretario de Políticas Criminales y Asuntos Penitenciarios (Ramiro Lucena) dimos el visto buenos para iniciar las gestiones, siguiendo el modelo de Buenos de Aires", contó Pablo Alavila, secretario de Políticas Penales.
De acuerdo a lo informado por la Secretaría de Políticas Penales de Salta, de la actual población de 3.209 internos, apenas 52 son extranjeros (o sea el 1,6% ), y serían enviados a sus países de orígenes.
Situación compleja
El funcionario señaló que se trata de un proceso que tiene cierta complejidad, porque implica coordinar no solamente con la Justicia local, sino también con las embajadas y consulados de cada uno de los países de los internos. Al tiempo que contó que en Chile este proceso fue exitoso.
Alavila también aseguró que esta idea se comenzó a gestar en el seno del Consejo Federal Penitenciario. Allí se planteó que como una forma de descomprimir las cárceles argentinas se realice el traslado a sus respectivos países de los presos de otras nacionalidades, que están alojados en cárceles de todas las provincia.
En Buenos Aires señalaron que uno de los problemas que tendrían es que muchos de los presos extranjeros ya armaron su red de lazos en la Argentina, por lo que se los perjudicaría y habría problemas al enviarlos a su país de nacimiento.