Igor Alexéyev, puso el canal de noticias y vio como una decena de mujeres fueron detenidas por ejercer la prostitución en un burdel. Entre ellas se encontraba María Lusnikova, su pareja.
Para constatar lo que estaba viendo con sus propios ojos, el ruso entró en Internet y encontró varios anuncios de contenido sexual publicados por su mujer, actividad que él completamente desconocía.
Tras confirmar esta situación, al día siguiente, el hombre se acercó a los juzgados para solicitar el divorcio y la tenencia de la hija que tenían ambos. La justicia apoyó al ex marido e incluso se planteó la posibilidad de que la madre tenga prohibido ver a la niña.
La mujer argumentó que el esposo le "prometió montañas de oro" y agregó "si el marido no trae bastante dinero a casa, entonces debe estar sentado callado". Aclaró que ella nunca alcanzó el nivel de bienestar que buscaba cuando se casó, hace ocho años.
Fuente: El Tribuno