InformateSalta dialogó con Noelia Benítez, propietaria de una sala maternal, quien se refirió a la crítica situación en la que se encuentran al no poder trabajar por la cuarentena. Hoy realizan una sentada pacífica en Casa de Gobierno, a la espera de encontrar una solución.
“Nos cansamos de presentar notas, queremos que el gobernador nos diga, nos dé un panorama claro. Estamos a la espera de alguna ayuda para no cerrar los jardines maternales. Para nosotros los jardines maternales son fundamentales en la primera etapa del niño. Tuvimos una reunión con el ministro Cánepa, él nos dijo que no somos educación. Nos sentimos muy mal porque más allá de cuidar a los chicos, somos todas educadoras”, dijo.
La mujer contó que también dialogaron con el ministro de Economía Roberto Dib Ashur, quien les habría manifestado que sólo podían ayudarlas para conseguir las líneas de créditos habilitadas pero que no hay ningún subsidio. “Nosotros no podemos acceder a las líneas de créditos porque sin ingresos no vamos a poder pagar las cuotas para devolver el crédito. Estamos habilitados como comercio, con todos los trámites que se requieren”.
Todas las dueñas de estos “locales” somos educadoras, pero no se encuentran bajo el marco institucional legal del ministerio de Educación. “Lo contradictorio es que el Ministerio de Educación tiene convenios con las guarderías y salas maternales provinciales de Primera Infancia. Entonces nosotros deberíamos pertenecer a ésa órbita”, dijo Benítez.
En Capital son más de 150 salas, donde asisten cerca de 50 familias en cada uno. “La sociedad necesita de los jardines maternales, los padres que ya empezaron a trabajar. Lamentablemente muchos nos preguntan cuándo vamos a abrir porque ellos ya iniciaron sus actividades, se ven obligados a contratar una niñera y eso significa que nos van a dejar de pagar las cuotas”.
La mujer señaló a InformateSalta que las respuestas que les dan desde el Gobierno son contradictorias ya que, “si estamos contempladas en Comercio, y el comercio ya está habilitado, deberíamos poder abrir, pero no nos lo permiten. Los papas ya no nos pueden pagar ni la mitad de la cuota, no podemos cubrir ni el alquiler, es muy duro”.