El Programa Empalme representa una opción que puede resultar muy beneficiosa tanto para quienes buscan como para quienes ofrecen trabajo y, la intermediación del Estado, les da a ambas partes un mayor grado de confianza en el sistema.
A partir del Decreto 304/2017 los beneficiarios de Programas Sociales de los ministerios de Desarrollo y de Trabajo, si son contratados por una empresa en las condiciones fijadas en la norma gubernamental, pueden recibir el subsidio de su programa como parte de su remuneración dentro del Programa de Inserción Laboral del MT( PIL) para Programas Sociales y, de esta manera, aumentan sus posibilidades de contratación registrada.
Para poder participar del plan, el interesado debe ser beneficiario de alguno de los programas nacionales como Trabajo Autogestionado (PTA), Construir Empleo (PCE), Entrenamiento en el Trabajo de Organizaciones (EPTo), Transición al Salario Social Complementario (PTSSC), Argentina Trabaja, Ellas Hacen, Desde el Barrio o Proyectos Productivos Comunitarios.
Durante el tiempo que dura el programa, el beneficiario continúa cobrando el subsidio que tenía anteriormente pero integrado a su remuneración en la empresa y a eso se le suma lo que incluye una relación laboral (cobertura asistencial, vacaciones, aguinaldo etc.). Una vez finalizados los 24 meses, si el empleador decide darle continuidad al trabajador, su sueldo queda totalmente a cargo de la empresa.
Vale aclarar que si por alguna razón el beneficiario pierde el trabajo dentro de los 24 meses -siempre que no sea por renuncia o despido con justa causa-, podrá reintegrarse en el Programa por un nuevo período.
Por su parte, para sumarse al plan, la empresa debe cumplir con algunos requisitos, entre los que se destaca el no estar registrada en el Registro Público de Empleadores con Sanciones Laborales (REPSAL) como incumplidoras de normativas laborales; el contrato debe ser por tiempo indeterminado; y la dotación de la empresa al momento de las contrataciones debe ser igual o superior a la que tenían en diciembre del 2016.
Las empresas que participen del programa incorporando trabajadores a través del PIL para Programas Sociales recibirán una ayuda económica del Ministerio de Trabajo, que cubre parte del salario. Esta ayuda es, en principio, igual al subsidio que recibía cada persona en los programas participantes, valor que será ajustado según se ajusten los montos de los programas. De esta manera, la compañía puede descontar del salario la ayuda económica aportada por el Gobierno.
Empresas que colaboran con el programa y se benefician
Veinte de los cuarenta empleados de la reconocida repuestera Warnes fueron tomados a partir de los planes de pasantías, PIL y Empalme que la Gecal impulsa en Salta.
Uno de los socios y presidente de la firma, Luis Hoffer, señaló a El Tribuno que “venimos hace muchos años usando este semillero para tomar a nuestro personal”.
“Nuestra experiencia es buena, casi todos los que han entrado se quedaron, salvo casos puntuales que renunciaron por mudanzas o cuestiones personales”, detalló el empresario.
Hoffer dijo que “nos complace ayudar a entrar al circuito laboral a gente que estaba afuera y creo que es una buena acción del Estado que acompañe a quienes buscan mejorar su situación y, al mismo tiempo, apoyar a Pymes a crecer”.
En la empresa, que tiene nueve sucursales entre Salta y Jujuy, se desempeñaron unos 40 pasantes de los programas nacionales, la mitad de los cuales se incorporaron luego al programa Empalme y quedaron como empleados de la firma.
“Hay que recalcar que en época de crisis es muy difícil conseguir trabajo y, para una empresa, también es complicado sostener e incorporar nuevos empleados, por lo que se hacen necesarias más políticas de beneficios por parte del Gobierno”, consideró Hoffer y agregó que “este tipo de vinculaciones beneficia a la persona que trabaja porque la introduce al sistema laboral, ayuda a la empresa bajándoles sus costos y en definitiva gana la sociedad”.
Al buscar un aspecto que podría mejorarse de este tipo de políticas, evaluó que “mucha gente llega con muy baja preparación, sin las aptitudes necesarias para el puesto y, gran parte del entrenamiento laboral durante la pasantía previa al Empalme, pasa por enseñar cosas que uno esperaría que ya las tengan adquiridas”.
“Casi siempre terminamos tomando a los empleados más por sus actitudes que por sus aptitudes”, concluyó.
Fuente: El Tribuno