El diccionario de la Real Academia Española (RAE) no recoge las palabras teletransporte y teletransportar. Aunque encontramos una definición de ellas en la Wikipedia, donde se dice que teletransportar es transportar un objeto de un lugar a otro sin que exista un medio físico que haga ese transporte. Si yo estoy aquí (en Córdoba) y de repente aparezco de manera instantánea en Madrid, eso sería teletransporte.
Con los conocimientos científicos que tenemos en la actualidad, el teletransporte de objetos no es posible. Pero en ciencia nunca se puede decir que algo es imposible
Con los conocimientos científicos que tenemos en la actualidad, el teletransporte de objetos no es posible. Pero en ciencia nunca se puede decir que algo es imposible. En el siglo XIX nadie pensaba que se podría tener un hijo a partir de la fecundación de un óvulo y un espermatozoide en un laboratorio. Así que es probable que en algún momento se puedan teletransportar personas aunque estoy segura de que yo no lo veré.
A veces leemos que ya se ha conseguido el teletransporte. Pero a lo que se refieren esas noticias es a un teletransporte cuántico, algo muy diferente del teletransporte de personas por el que preguntas. En ese caso se trata de partículas en estado cuántico que pueden viajar como si fueran ondas electromagnéticas a otro lugar, pero se trata de fotones y partículas elementales. Si hablamos de objetos, o de personas, la enorme diferencia es que no solo están formadas por partículas sino también por las interacciones entre dichas partículas.
Para poder teletransportar un objeto inanimado habría que desintegrar totalmente ese objeto; es decir, romper sus átomos, sus moléculas, etc… y todo ello se movería, llegaría a otro lugar y se volvería a recomponer en su destino. Es seguro que cuando se haga realidad el teletransporte se comenzará con objetos inanimados porque si hablamos de seres vivos, la complejidad es todavía mayor. La cuestión es que los seres vivos, sobre todo las personas, no solo estamos formados por átomos, etc…, nosotros tenemos un cerebro y en el cerebro existen una serie de conexiones: recuerdos, pensamientos o sentimientos. Es decir, tenemos una actividad bastante diferente de una piedra o una taza. Por lo tanto, deshacer un organismo vivo y que la recomposición de ese individuo dé lugar a ese mismo ser con sus mismas conexiones cerebrales me parece muy complicado.
Se puede lograr con energía, aunque no tenemos idea aún de qué tipo habría que emplear
Ahora, que tú tengas un bolígrafo y lo desintegres de tal manera que sus partículas puedan moverse, incluso en el vacío, convertidas en ondas electromagnéticas que viajen y después puedan volver a integrarse dando lugar al bolígrafo original, eso no me parece que sea problema. Como te decía, primero se necesitará destruir este objeto, romper los enlaces entre lo que lo compone y llevarlo a sus ínfimas partículas. Eso se puede lograr con energía, aunque no tenemos idea aún de qué tipo de energía habría que emplear, pero con energía podrá hacerse perfectamente. Ese es uno de los primeros problemas a resolver, el tipo de energía con el que podría destruirse un objeto para después volver a recomponerlo. Si les das energía a esas partículas, estas se quedarán con parte de dicha energía, y cuando luego vuelvan a unirse de nuevo, es decir cuando vuelvan a su estado fundamental, ¿esta energía liberada a dónde va? Ese es otro de los grandes problemas a solucionar para poder teletransportar objetos: ¿qué tipo de energía van a liberar las partículas cuando se recompongan? y ¿cómo se recoge esa energía?
No sé cuál sería la energía necesaria para que el teletransporte sea una realidad, aunque hoy día hay ya muchos estudios sobre tipos de energía que pueden aplicarse a diversos materiales para deformarlos. Cuando esos materiales vuelven al estado previo a su deformación liberan la energía que se les ha comunicado y esta se recupera. Es posible que algunos de estos estudios empiecen, en algún momento, a darnos claves sobre cómo lograr teletransportar objetos.
Fuente: El País