El jueves tuvo un evento en un hotel de Palermo. Como ella es la embajadora de la marca que organizaba el cocktail, la invitaron a “prepararse” en el spa y en una habitación. Luego, se puso algo cómodo y bajó para ella misma hacer fotos, historias y publicaciones en sus redes. También posó ante fotógrafos de otros medios. Fue un atardecer como cualquier otro en la vida de Sofía Alurralde, una influencer que por estos días está en Buenos Aires, pero su sede, su nueva casa, está en París. Es la tucumana con más seguidores en Instagram (306.000) y próximamente compartirá producciones multimedia en LA GACETA sobre lifestyle.
- ¿Qué herramientas te dieron las ciudades en las que viviste?
- De Estocolmo puedo rescatar cosas relacionadas con la moda y lo personal. Suecia es tan diferente a Argentina, nada que ver con lo que uno está acostumbrado, así que fue enriquecedor. Conocí el estilo nórdico, muy net, minimalista, andrógino. Eso no se usaba acá. Fue bueno conocer y vestir eso. A nivel personal, también descubrí mi capacidad para relacionarme, adaptarme a lo distinto. En París, en cambio, me siento como si hubiese vivido siempre allí. Tengo un montón de amigas. No estoy de paso. Siento que es mi casa. Además, mi novio es francés. Por otra parte, Nueva York me dio experiencia profesional: allá, como en Los Ángeles, tienen muy claro este trabajo. Tienen hasta tarifario y presupuesto destinado a las influencers. Saben que en esto hay un mercado, un negocio y es lo que se viene.
- ¿Y qué es ser influencer?
- Hoy está como bastante mezclado. El blogger era bien definido: escribía contenido en un blog. Hoy con la palabra influencer se puede definir a una persona común, una celebrity, una artista plástica, una decoradora, un chef…Influencer es una persona que comparte su profesión, su pasión, a través de las redes sociales con un posteo sistemático. Lo toman realmente como un trabajo
- ¿Por qué creés que te siguen?
- Creo que en parte porque estoy cerca y lejos a la vez. Soy tucumana, visito mucho a mi familia y amigos, soy la misma de siempre, voy a Yerba Buena, como empanadas, me encanta mi provincia. Y puedo estar en cualquier parte del mundo; llevo a la gente ahí, me siguen a esos lugares, me acompañan. Soy amante del café, porque es mi momento de compartir, de charlar con alguien sobre trabajo o la vida misma.
- ¿Qué les piden las marcas a las influencers?
- Las marcas internacionales tienen objetivos fijos: piden cantidad equis de posteos y de historias. Otras marcas más chicas te dicen un posteo y una historia. También depende de la relación que tengas con la marca: si es mensual o de un día.
- ¿Qué pasa hoy con los proyectos que concretaste este último tiempo?
- Lo de Bandana fue una experiencia súper linda. Me gusta asesorar a las personas, pero no me gustaría poner todas mis fichas ahí, aunque no lo descarto. De hecho me ofrecieron eso en Francia. Sí lo haría, pero no exclusivamente. Radio Rivadavia cerró y los programas se disolvieron. Ahora escribo para una revista francesa, Irk Magazine, que se distribuye también en Inglaterra y Estados Unidos. Es súper de nicho: es de arte, diseño, moda y se imprime dos veces al año. Para el año que viene estaré con proyectos audiovisuales en Francia. Bueno, además soy embajadora de marcas como Tressemé, Tommy Hilfiger, Guerlain, Laurencio Adot, entre otras.
- ¿Qué hace una embajadora?
- Las marcas te dan atención y exclusividad. Mirá: mañana tengo un evento a la tarde/noche. Entonces, me pasan a buscar en auto, me llevan al hotel horas antes para que disfrute del spa y después me presento en el evento. La embajadora es como un host, un anfitrión del lugar. Representás las marcas.
- ¿Qué red social te da mejor resultado?
- A Twitter debería darle más atención, porque allí tengo muy interesantes followers, específicos de moda y celebrities. Pero no estoy tuiteando. A Facebook lo tengo alineado con Instagram. Es el mismo contenido. Sí me gustaría hacer más vivo, más videos, interactuar más con la gente y conocer bien a la audiencia que es tan variada.
- ¿Qué experiencias personales rescatás de tus seguidores?
- Instagram me dio amigas. De hecho tenemos grupos de Whatsapp con otras influencers de diferentes lugares del mundo. Da posibilidades que ni te imaginás esa red social. Por ejemplo, antes de ayer comenzó a seguirme una agencia de turismo que promociona las Maldivas. Primero me contactaron para ver si quería participar para promocionar la isla. Después me invitaron a ir. Lo mismo con un par de eventos en Francia. Me invitan por esa red social.
- ¿Qué pasa hoy con las semanas de la moda? ¿Son tan influyentes como antes?
- Lo que está pasando en estas últimas fashion weeks es que ya no son desfiles, son shows. Están enfocados en hacer algo cinematográfico. Es tan así, que ya se considera la moda como el octavo arte. Como sucedió con el último desfile de Chanel, que recreó una playa. Ya no se trata de una colección, sino del momento en que sucede, el país, el contexto... Un desfile ya es una experiencia, que involucra muchos sentidos. Además, tenés la oportunidad de estar con el diseñador, charlar, encontrarte con celebrities. Es toda una experiencia.
- ¿Por qué te mudás a París definitivamente?
- Tengo proyectos dando vuelta en Francia y para concretarlos necesito estar ahí, en París. Además, tengo cerca otras capitales donde generalmente surgen eventos: Londres, Madrid y estaré a ocho horas de Nueva York, que es la gran capital de la moda. Entonces, pienso que el hecho de ir y volver es estar con un pie adentro y otro afuera. Cansa. Necesitaba instalarme y tener un lugar base. Además, siento que es la ciudad donde más amigas tengo y donde me siento muy identificada.